(Foto: EFE)
(Foto: EFE)

La restauración del lienzo "La Ronda de Noche" del pintor holandés Rembrandt se ha convertido en un atractivo turístico en sí mismo, al realizarse en una especie de "quirófano" preservado por una cristalera, al que ha tenido acceso Efe, y en el que trabajan 25 expertos en el Rijksmuseum de Ámsterdam.

Casi dos semanas después del comienzo de las tareas de investigación del cuadro, los trabajos dentro del cubículo son observados a siete metros de distancia por cientos de turistas procedentes de todo el mundo, curiosos por seguir una operación sin precedentes, la mayor a la que ha sido sometido este histórico cuadro desde 1642, cuando fue pintado por Rembrandt.

Decenas de personas desfilan -incluso haciendo largas colas- para sacar una fotografía o autofoto (selfie) con el cuadro más famoso del momento.

La mayoría de visitantes agradecen que las tareas de investigación se estén realizando en el propio museo, haciendo posible que los amantes de Rembrandt todavía puedan verlo en sus viajes a Ámsterdam, aseguran a Efe fuentes del Rijksmuseum, pero los hay que se han quejado del barullo creado porque "se ha montado un circo alrededor del cuadro y la cantidad de gente no permite ver bien la pintura".

"Era esto, o retirar el cuadro de la exposición y que nadie lo pueda ver hasta que termine la restauración", añade una portavoz de la pinacoteca.

La vitrina, diseñada por el arquitecto francés Jean-Michel Wilmotte, es extremadamente transparente, elaborada especialmente para este proyecto.

La etapa actual, explica a Efe Petria Noble, la jefa de Conservación del Rijksmuseum, es solo "el comienzo" de unos trabajos que no tienen fecha límite, lo que permitirá obtener sin prisas información a microescala a partir del estudio de muestras de pintura.

Primero se realizará una investigación minuciosa, milímetro a milímetro, y se tomarán fotos de alta calidad para realizar después un diagnóstico que tendrá que ser revisado y aprobado por un comité antes de comenzar la restauración, lo que se calcula para el próximo mayo.

La pintura, de 337 kilos y cuatro siglos de vida, también conocida como "La Guardia Nocturna", se está escaneando durante 24 horas, de lunes a domingo, desde el pasado 8 de julio, mientras está vigilada por todas las medidas de seguridad posibles y observada por el mundo entero también en la web del Rijksmuseum.

Se llevarán a cabo 56 exploraciones visuales de la totalidad del cuadro -de 379.5 cm de alto por 453.5 cm de ancho- con diferentes tecnologías, primero con un escáner de fluorescencia de macro-rayos (macro-XRF).

Lo que diferencia esta herramienta del tradicional dispositivo de rayos X que se utiliza con el cuerpo humano en los hospitales es que este segundo -aplicado ya en este cuadro hace unas cuatro décadas- no permite ver elementos del pigmento como calcio, hierro, plomo o cobalto, y solo muestra elementos ligeros y pesados de la pintura.

Dependiendo de los resultados del escaneo, si hay algo que llama la atención, los expertos vuelven a escanear algunas áreas a una resolución incluso más alta para obtener información más precisa: con esto se pueden ver incluso los borrones, cambios y ajustes que iba haciendo Rembrandt mientras pintaba el cuadro.

Con el tiempo, por ejemplo, se ha desarrollado una especie de capa blanca que ensombrece la figura del perro, en el lado derecho de la pintura, y los expertos quieren investigar más a fondo qué ha ocurrido, si está relacionado con restauraciones anteriores, y cómo se puede conservar la esencia del cuadro.

Cinco profesionales están también fotografiando la superficie del cuadro una y otra vez, con las mejores cámaras del mercado para tomar imágenes muy nítidas, de altísima resolución, logrando una distancia entre los píxeles de cinco micrómetros, comparable al tamaño de un glóbulo rojo.

En total, el equipo está formado por 25 personas -que no suelen coincidir al mismo tiempo en el lugar y siguen el proceso desde un cuarto colindante-, lo que incluye conservadores, curadores e investigadores, todos expertos en la materia pero también parte en sí mismos de esta exposición, bautizada por el museo como "Operación Ronda de Noche".

Lo peculiar sobre esta investigación es el uso de técnicas desarrolladas en la última década. "Entre 2012 y 2018 hubo un gran proyecto de investigación financiado por la organización holandesa de ciencia para desarrollar tecnologías no invasivas de imagen. Lo que estamos haciendo aquí no es un experimento, sabemos que tendremos mucha información nueva sobre este cuadro", añade Noble.

La logística se ha estado planeando al detalle durante más de un año, y se está contando con un aparato capaz de mover el escáner hacia todas las direcciones y dos plataformas de trabajo ajustables. La puerta del cubículo de cristal se asemeja tanto a la sala de radiografía de un hospital, que está rodeada de pegatinas que advierten de la radiación en el interior.

En 1975 tuvo lugar la última investigación oficial sobre este lienzo de Rembrandt, cuando también se le aplicó una pequeña restauración para su conservación, pero en esa década todavía no existían las técnicas avanzadas y solo se pudieron obtener radiografías de rayos X e infrarrojos, que ya están "muy estudiadas".

Se calcula que para finales de este año se podrá comenzar la elaboración del informe con las recomendaciones y las necesidades de restauración, aunque Noble prevé que los expertos tengan que "quitar la capa puesta en los setenta porque se puede observar a simple vista que tiene grietas".

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