(Bloomberg).- Ahora que el Dow finalmente llega a los 20,000 puntos, algunos inversionistas osados destinan sus activos a Pontiacs de 30 años de antigüedad. Podríamos llamarlo el negocio de Burt Reynolds.

Casi 4,000 autos retro circulan por Estados Unidos, en busca de nuevos hogares tras una serie de subastas de vehículos clásicos en Arizona. Los preciados Ferraris suelen ocupar los titulares por venderse a sumas asombrosas, pero los vehículos que se llevaron los mayores sobreprecios este año fueron autos estadounidenses relativamente económicos de los años 60, 70 y 80.

Un Oldsmobile 442 de 1971 cosechó US$ 95,700. Por un Ford Mustang de 1989, pese a su exterior "rojo Cabernet" que chocaba con un interior "rojo escalata", se pagaron cerca de US$ 73,000.

Mientras que un Ferrari 308 de 1984 que conducía Magnum se vendió en una cifra insustancial de US$ 181,500, un Pontiac Firebird Trans Am de 1978 propiedad de Burt Reynolds logró unos excelentes US$ 275,000. Una versión similar sin conexión con una celebridad se pagó en casi US$ 73,000.

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[Burt Reynolds con su Pontiac Firebird Trans Am de 1978. Foto: Barrett-Jackson]

Por ese dinero, un apasionado por el manejo puede tener un coche nuevo, un Chevrolet Corvette del siglo XXI (aunque no contará con el mítico y glorioso pájaro en la capota).

El Hagerty Group, que cubre esta clase de productos vintage, dijo que los modelos estadounidenses de 40 a 60 años de antigüedad son ahora los que tienen más probabilidades de venderse "por encima de los precios apropiados según su condición".

Traducción: ¿Por qué diablos alguien gastaría seis cifras en un Pontiac que huele como el aceite del bigote de su padre? Cuando hablamos de compradores, no obstante, esa sombra cae sobre oídos sordos por ocho cilindros.

El V-8, común en aquellos días, explica buena parte del tema y quizás tuvo la ayuda de los precios baratos de la gasolina. Entretanto, los vehículos más pequeños, más livianos y delicados, puestos a punto manualmente en Alemania e Italia, chisporroteaban en el lote de subasta. Incluso Porsche, el emblema de una marca para conductores de pura cepa, ya no ruge tanto.

Aun así, no hay depreciación en el segmento superior del mercado. Quienes tienen sus activos en un Mercedes alas de gaviota no tienen que preocuparse. Esos vehículos todavía valen millones de dólares y se han apreciado bastante en los últimos años.

Las que se encuentran en dificultades son las máquinas intermedias, las valuadas entre US$ 250,000 y US$ 1 millón. Los precios de los vehículos dentro de esa franja cayeron 12 por ciento en las subastas de Arizona este año, según Hagerty.

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[Un Chevrolet El Camino SS de 1968. Foto: Getty Images]

"No es que estos autos ya no valgan nada, sino que finalmente están teniendo algún respiro", dijo el vocero Jonathan Klinger. "Son autos muy deseables, pero hay muchos ejemplos de ello".

A no equivocarse: Un Porsche 911 con tres ruedas es mejor coche que un Pontiac. El problema es que la fiebre por el Porsche fue demasiado alta en los últimos años. Lo mismo ocurrió con los BMW, Mercedes y Ferraris antiguos.

Cuando los precios de estas máquinas europeas aumentaron en el 2014 y 2015, la economía, simplemente, se puso en marcha. El mercado se vio un poco inundado de ofertas cuando los coleccionistas que habían prometido no vender nunca finalmente vieron valores irresistibles; y cuando todos estos mejores autos fueron vendidos, versiones un poco más desaliñadas ingresaron en el lote.

Los compradores de menos de cuarenta años tienen especial interés en camionetas y SUV antiguos, lo que explicaría por qué una persona en Arizona la semana pasada desembolsó casi US$ 43,000 por un El Camino de 1965.