Redacción Gestión

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(Bloomberg).- La crisis económica brasileña afecta por fin a las Olimpiadas 2016. Luego de una nueva ronda de recortes de costos por parte de los organizadores de Río 2016, se pedirá a los atletas que paguen el aire acondicionado de sus dormitorios. Las comodidades de los estadios se reducirán a lo estrictamente imprescindible y se eliminarán los autos de lujo y la comida gourmet para los personajes importantes.

"El objetivo es organizar los juegos sin financiación pública y para que tengan sentido desde un punto de vista económico", dijo el portavoz de Río 2016, Mario Andrada, en una entrevista.

La concentración en el plano económico es algo que ha experimentado un cambio drástico en los últimos seis años, desde que se eligió a Río como sede de las Olimpiadas, las primeras a realizarse en América del Sur. En ese momento, el gobierno de Brasil prometió US$ 700 millones en caso de que se excediera el presupuesto. Luego la economía se estancó, el desempleo aumentó y la moneda local, el real, ha perdido la tercera parte de su valor contra el dólar en los últimos 12 meses.

Ahora, en momentos en que los costos ascienden a 2,000 millones de reales (US$ 520 millones) por encima del presupuesto y está en duda el compromiso público, los organizadores deben atenerse a los 7,400 millones de reales que estiman recaudar a través de auspicios, venta de boletos y un subsidio del Comité Olímpico Internacional. Las decisiones definitivas sobre qué reducir y cuánto se tomarán la semana próxima, dijo Andrada.

Para cuando comiencen los juegos, el comité planea tener 500 empleados menos que los 5,000 previstos en un primer momento. Es probable que los mayores recortes se efectúen en áreas operativas como servicios de comida, transporte y limpieza.

El traslado del costo del aire acondicionado y otras comodidades de la ciudad sede al comité olímpico de cada país –o a los propios atletas- es un gran tema, dijo Nick Symmonds, dos veces corredor olímpico.

"El mundo quiere ver a los mejores atletas del mundo competir en el mayor de los niveles", dijo Symmonds. "Si no se les proporciona buena comida, un buen lugar para dormir y una temperatura adecuada, no podrán recuperarse y brindar el producto excelente que el mundo quiere. Reducir el presupuesto en hospitalidad y comodidad para los atletas no hará más que abaratar las Olimpiadas".

Andrada dijo que el aire acondicionado es una "absoluta necesidad" en algunas zonas, si bien no en los dormitorios. El evento de 17 días, que se inicia el 5 de agosto, se desarrolla durante el invierno de Río de Janeiro, y la temperatura diurna promedio es de alrededor de 25 grados centígrados (alrededor de 70 grados Farenheit). Algunos días, sin embargo, hace mucho más calor.

Otros temen que los recortes profundicen la brecha entre los atletas de países ricos y los procedentes de países más pobres. (Algunos atletas de elite, entre ellos los jugadores de la NBA que integran el equipo de básquetbol de los Estados Unidos, optaron por hoteles de lujo en lugar de alojarse en la Villa Olímpica). Quienes puedan permitirse pagar aire acondicionado o viajar con laptops y iPads (el comité anfitrión ha eliminado los planes de incluir televisores en los dormitorios individuales) los tendrán. Otros podrían no tenerlos.

"Algunos no lo van a tolerar porque no tienen necesidad de hacerlo, y otros lo harán porque tal vez no tengan alternativa", dijo Rick Burton, ex director de marketing del Comité Olímpico de los Estados Unidos.

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