Redacción Gestión

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(AP).- El nombre de la recién nacida princesa británica evoca inevitablemente a la historia de la realeza: Carlota Isabel Diana (Charlotte Elizabeth Diana).

El príncipe Guillermo y su esposa Catalina, duquesa de Cambridge, anunciaron hoy los nombres que eligieron para su hija nacida el sábado. Una elección considerada como un homenaje a los padres de Guillermo y a su abuela, la reina, así como un vínculo con la familia de Catalina.

La princesa, la segunda hija de Guillermo y Kate, será conocida como su alteza real princesa Carlota de Cambridge, anunciaron autoridades reales.

El nacimiento de la princesa Carlota marca un nuevo capítulo para Guillermo y Catalina, considerados como la pareja más moderna y popular de la monarquía británica, pero los nombres que eligieron están asentados en la tradición real.

Carlota, el femenino de Carlos, parece ser un guiño al abuelo de la niña, el príncipe Carlos. Los otros nombres de la bebé son un homenaje para la reina Isabel II, la abuela de 89 años de la niña, y la fallecida princesa Diana, madre de Guillermo.

En la familia de Catalina también hay Carlotas, pues es el segundo nombre de su hermana Pippa.

La princesa es la cuarta en la línea de sucesión al trono tras Carlos, Guillermo y su hermano mayor, el príncipe Jorge de 21 meses.

Guillermo y Catalina presentaron a la bebé ante el mundo el sábado por la noche a 12 horas de que Catalina entrara al hospital St. Mary's de Londres para dar a luz. La bebé pesó 3.7 kilos.

Su nombre fue bienvenido hoy por los seguidores de la realeza. Algunos estaban especialmente complacidos por el homenaje a Diana, que sigue presente en la memoria de muchos. Diana, quien murió en 1997 a los 36 años, tuvo a Guillermo y a su hermano, el príncipe Enrique, en el mismo hospital de Londres donde nació Carlota.

"De verdad quería que el nombre de Diana estuviera en alguna parte", dijo Munever Halil, de 52 años. "Quería que fuera Isabel Diana, así que me parece maravilloso".

Carlos Spencer, el hermano de Diana también aprobó la elección.

"Son nombres perfectos. Mi hija Carlota Diana de dos años estará encantada de tener alguien en la familia que comparta su nombre", escribió en Twitter.

La madrugada del lunes las campanas de la abadía de Westminster sonaron y se dispararon salvas en Londres en honor a la princesa. Como muestra de la pompa que tradicionalmente acompaña estas ocasiones, decenas de salvas fueron disparadas desde el Hyde Park y la Torre de Londres.

La pareja real había dejado al mundo especular cuál sería el nombre de la bebé hasta que sus abuelos paternos y maternos tuvieron la oportunidad de visitar el Palacio de Kensington el domingo para conocer a su nieta.

Los apostadores contaban grandes sumas por el nombre y Carlota era uno de los favoritos junto a Alicia y Victoria.

"Carlota era uno de los más mencionados en el fin de semana", dijo la vocera de Ladbrokes Jessica Bridge. "Quizá perdimos una fortuna, pero la estamos pagando con gusto y le deseamos lo mejor al duque y la duquesa".

Otra casa, William Hill, dijo que estaban aliviados porque el nombre más apostado había sido Alice. El vocero Rupert Adams dijo que 5,096 apostadores adivinaron el nombre y que su firma pagará US$ 151,100.

La historia de la realeza británica incluye varias Carlotas, un nombre francés popular en el pasado. La reina Carlota, esposa de Jorge III, era aficionada a la botánica y fundó los Jardines Kew de Londres. Nació en 1744, la reina tuvo 15 hijos, incluyendo una princesa Carlota, que se casó con un duque alemán.

Jorge IV también le puso a su única hija Carlota en 1796, pero ella murió al dar a luz a los 21 años en 1817, lo que llevó a una gran tristeza en Gran Bretaña.

La princesa recién nacida será bautizada en las próximas semanas, posiblemente en la misma capilla en el palacio de San Jaime donde fue bautizado su hermano. Los padrinos podrían ser anunciados la mañana del bautizo.

Guillermo y Catalina se quedarán por ahora en el Palacio de Kensington en Londres, pero se espera que en los próximos días regresen a su casa de campo cerca de la finca de Sandringham de la reina a 190 kilómetros al norte de Londres.