Natalia Urrutia
Natalia Urrutia

No es una verdad velada que cada exige, aún para cada detalle del despliegue en escena, un desembolso que lo haga posible. Natalia Urrutia es -desde 2013- la encargada de que los proyectos de La Plaza y Los Productores no queden relegados en el apartado de ‘buenas intenciones’. Con un grueso de obras en su haber (“Toc Toc”, “Hairspray”, y un largo etcétera), la productora relata las vicisitudes de su función.

¿Cómo responde la audiencia cada año a las propuestas que presentan?
Solemos programar seis para cada marca. Y va muy de la mano con el respaldo del público. El año pasado llegamos a unos 336,000 espectadores vs 270,000 de 2017. Hemos aumentado la producción por la respuesta de la audiencia. Tenemos muchos proyectos, varios pensados con dramaturgia local.

¿Qué estrategia manejan para captar más espectadores por temporada?
Desde 2018 La Plaza comenzó a sacar sus obras fuera de su sala. Este año, con el ciclo La Plaza fuera de La Plaza, estaremos en Teatro Peruano Japonés y el . Nosotros ya tenemos un público cautivo y vamos a llegar a otros nuevos. Siempre buscamos otras salas. El objetivo es descentralizarnos.

¿La taquilla les permite recuperar lo invertido para cada montaje?
Con el modelo de La Plaza, el 60% de la taquilla debería directamente cubrir los gastos de producción y sueldos del equipo. Aquí es más difícil recuperar porque se trata de una sala de 200 butacas, así que los ingresos tienen un tope para producciones que no son baratas. De ahí el respaldo de auspiciadores.

Los Productores monta en salas más amplias, ¿recuperar es más sencillo?
Tenemos un modelo diferente, por utilidades. Hay obras en que nos va bien: podemos recuperar la inversión y tener ganancia para volver al pozo y producir otras obras. Pero hay obras en que no. Básicamente hacemos más con apoyo privado.

¿Qué analizan antes de colocar una obra en su cartelera?
Siempre hacemos un estudio sobre la cantidad de personas que iría y evaluamos los precios de entrada, y las zonas. Sabemos también que, cuando hacemos un musical, asumimos un riesgo bien alto.

¿Por qué?, ¿cuánto más puede costar?
Se requiere un equipo más amplio. No solo es el elenco. Hay ensamble, bailarines, coach, director de orquesta, etc. Hacer un musical es bastante caro. Depende de cada caso, podría costar el doble o hasta el triple de un montaje básico.

¿Qué alcance precisan tener con un musical para no entrar en pérdida?
Para “” esperamos llegar a 70,000. Es un proyecto que estamos trabajando con un montón de antelación y le tenemos cariño. Sí, es un riesgo pero nos gusta arriesgarnos.

¿Los derechos dependen de taquilla?
Hay musicales que pagan derechos de autor de 10% a 14% de la taquilla. Es algo que se negocia con anticipación, cuando la obra es famosa. Hay casos en que se hace dos años antes. Nosotros le contamos en su momento este proyecto a , le encantó la idea, va a venir a ver la obra.

¿El estar consolidados les da más poder de negociación al buscar alianzas?
Pese a eso, nos es aún difícil conseguir apoyo de privados. Pero contamos hace mucho con marcas por las cuales estamos donde estamos.

¿Buscan algún tipo de exclusividad?
Lo que les resulta más importante es estar cerca del público a través de una presencia más activa en redes sociales. Ya no les interesa tanto el logo o el programa de mano.

Tienen un plan en paralelo para girar en provincias, ¿cómo va?
Cada vez vamos con más montajes a Tacna, Arequipa, Cusco y Trujillo, en donde tenemos una alianza con UPAO. En 2018 giramos con ocho.

Han llegado a festivales internacionales, ¿cómo manejan esa gestión?
Es difícil. El apoyo con que contamos está básicamente enfocado en producciones, el área de giras no cuenta con respaldo propiamente. [Los organizadores de festivales a veces] nos dan alojamiento, viáticos, el espacio pero no pasajes.

¿De qué manera lo solventan?
En 2018 hicimos varias funciones de Mucho Ruido por Nada y [la taquilla] nos ayudó a girar a Ecuador, Brasil y Chile. Nosotros luchamos, no nos rendimos hasta quemar el último cartucho (ríe) pero a veces debemos decir no. Este año dejaremos de ir a tres festivales.

¿Con qué plan robustecerían el área?
Estamos tocando puertas a aerolíneas, buscando convenios con PromPerú, participando en fondos concursables. Al fin y al cabo, todos los ingresos que tenemos se reutilizan. Todo lo que entra ya está predestinado [a futuros proyectos].

EL DATO

Tickets. La productora observa que la preventa es hoy en día más baja, pese a que los usuarios acostumbraban antes a comprar con anticipación. No obstante también ha notado que la venta del día ha incrementado. Por lo pronto adelanta que se está evaluando un mecanismo para tener una mejor data de los espectadores, que permita fidelizarlos.