Abdulhussein Abttan
Abdulhussein Abttan

Irak confía en los países del Golfo, la modernización de sus instalaciones deportivas y la prohibición de presencia armada en los estadios para que la (FIFA) autorice de nuevo partidos internacionales en su suelo, afirmó a la AFP el ministro de Juventud y Deportes del país.

Desde la invasión de Kuwait en 1990 y el posterior embargo internacional, Irak está apartado de los partidos internacionales. El veto fue levantado en 2012, pero de manera muy breve, para un partido entre Irak y Jordania en Erbil, en el Kurdistán iraquí, pero hubo en él un problema de electricidad y la FIFA reactivó su prohibición.

La autoriza únicamente la disputa de partidos amistosos en tres estadios (Kerbala, Basora y Erbil), pero no partidos oficiales de competición.

"La política está presente en todos los aspectos y Arabia Saudita tiene un peso político importante. La presencia del equipo saudita en Irak significa mucho para nosotros", explicó en una entrevista con la AFP Abdulhussein Abttan, en el estadio internacional de Najaf.

La ciudad de Basora, en el sur de Irak, acogerá el 28 de febrero un partido amistoso entre la selección iraquí y la saudita, esa última clasificada para el Mundial de Rusia y que jugará en Irak por primera vez en cuatro décadas.

Después de un largo periodo de tensión entre los dos países, primero por los años de Saddam Hussein y luego por las pésimas relaciones con el exprimer ministro Nuri Al Maliki (2006-2014), las relaciones entre los dos países han mejorado con la llegada al poder en Irak de Haider Al Abadi.

Ese último viajó en junio y octubre a Riad, después de una visita a Bagdad en febrero de 2017 del ministro saudita de Relaciones Exteriores, Adel Al Joubeir, por primera vez desde hace 14 años. En estos meses las delegaciones comerciales se han ido sucediendo y ahora el deshielo de las relaciones llega al fútbol.

"Espero que este partido anime a otras selecciones a visitar Irak, lo que contribuirá a apoyar nuestra dosier para que se levante totalmente la prohibición decretada por la FIFA sobre nuestros estadios", desea el ministro.

Las ambiciones de Irak no se detienen ahí. Quiere arrebatar a Catar la organización de la 24ª Copa del Golfo, prevista en Doha en 2019.

"Esta cuestión figuraba en el orden del día de nuestra visita a Doha (en enero) y en nuestra reunión con los responsables cataríes. Hay conversaciones oficiales y oficiosas. No queremos entrar en conflicto con uno de los países del Golfo, ya que es un país árabe y amigo, pero actuamos como si fuéramos nosotros los que fuéramos a acoger el torneo", insistió.

Irak podría verse beneficiado en esta cuestión por el enfrentamiento político entre Doha y Riad.

Estadios renovados
El ministro iraquí criticó por otra parte el rechazo del club libanés de básquet del Riyadi de jugar en Irak por "motivos de seguridad", lo que forzó el traslado a Amán, la capital jordana, del campeonato de clubes de básquet del Oeste de Asia, que iba a jugarse en Bagdad del 12 al 16 de marzo. "Pero la cuestión no está solucionada, ya que Jordania ha hecho saber que no quiere acoger ese torneo", puntualiza.

La Federación Iraquí de Básquetbol, que había decidido vetar la competición, ha dado marcha atrás en su decisión.

"Es lamentable que un club árabe de básquet rechace jugar en Irak por motivos de seguridad cuando hay clubes árabes de fútbol que están dispuestos a venir a jugar a nuestro país. En cualquier caso, esto no afectará en nuestros esfuerzos para que la FIFA levante su prohibición", precisa el ministro.

Sobre el estado de los estadios más vetustos, como el de Erbil, donde hubo el problema de electricidad en el Irak-Jordania de 2012, el ministro asegura que se han llevado a cabo trabajos de renovación y que se ha gastado "mucho dinero" en ello.

Queda también el problema de la presencia de hombres armados en los estadios, como ocurrió a finales de enero cuando un hincha del club de la policía abrió fuego contra el autocar del equipo rival, sin causar heridos.

"Los directivos de los clubes de instituciones militares asistían a los partidos con sus vehículos y sus armas, y nadie podía evitarlo por su alta graduación", señala.

"En coordinación con el ministro del Interior hemos puesto fin a esta situación, que entraba en contradicción con las reglas de la FIFA", asegura.