Redacción Gestión

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(Bloomberg).- Por primera vez en 135 años, el y el se cruzarán fuera de Inglaterra. Bien lejos: el 25 de julio, los dos equipos de fútbol jugarán en el Estadio Nacional de Pequín.

El encuentro forma parte de la International Champions Cup, una serie de partidos globales de exhibición de tres años de antigüedad que se transformó en una estrategia de alto perfil para seducir hinchas en más sitios. Se jugarán tres partidos de la ICC en China —en Shanghái, Pequín y Shenzhen— y este año Relevant Sports, la dueña del torneo, venderá más que los equipos en el campo.

Relevant, con sede en Nueva York, viene cortejando a los inversores chinos para que tomen una participación importante en la ICC, que está tasada entre US$ 300 millones y US$ 500 millones, según una fuente del sector que solicitó el anonimato porque las negociaciones son privadas. Muchas fuentes reconocieron que hay un acuerdo en sus últimas etapas. El evento de tres semanas genera ingresos por más de US$ 100 millones, según una de las personas.

La ICC organizó partidos en antes que el trimestre pasado el presidente Xi Jinping anunciara una iniciativa nacional para transformar al país en potencia futbolística global. Desde entonces, los inversores chinos están locos por el deporte.

Compradores chinos adquirieron clubes y medios deportivos europeos. Los equipos de la Súper Liga china están atrayendo talentos con salarios récord. El delantero italiano Graziano Pellè, por ejemplo, ganará 40 millones de euros por su pase del Southampton, de la Premier League inglesa, al equipo estatal Shandong Luneng.

"No se puede planificar que el presidente de China diga: "Queremos ser el país número uno del fútbol mundial para 2050", dijo el presidente de Relevant, Charlie Stillitano. "Esas cosas no se pueden planificar. En este caso, en parte es pura buena suerte".

Superpotencia global.RSE Ventures, una empresa fundada por Stephen Ross, el dueño de los Miami Dolphins, financia Relevant y utiliza su filial en Hong Kong para apoyar el crecimiento de la ICC en China. "Si no fuera porque tenemos una operación en Hong Kong, no creo que tuviésemos forma de ejecutar la ICC en China", dijo el máximo responsable de RSE, Matt Higgins.

El objetivo de Xi es convertir a China en una superpotencia futbolística global, lo que implica ser sede —y ganar— un Mundial para 2050.

Actualmente, la selección nacional masculina está en el 81° puesto del ranking mundial, y en una reunión reciente con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, funcionarios de la federación china de fútbol lamentaron la falta de canchas en el país. Cada condado debería tener dos campos estándar, y cada complejo residencial nuevo en las ciudades con recursos apropiados debería contar con al menos una cancha de fútbol 5, según el plan nacional de Xi.

Desarrollar una superpotencia futbolera es más complicado que promover partidos de exhibición con los mejores equipos de Occidente. Además, como el dinero chino está inundando el mercado del fútbol, clubes de toda Europa compiten por entrar al juego.

Algunos de los que jugarán los partidos de la ICC en Australia, Estados Unidos y Europa son el Real Madrid, el FC Barcelona, el Paris Saint-Germain, el campeón de la Bundesliga, el Bayern Múnich, y el inesperado ganador de la Premier League, el Leicester City.