Imagine que usted busca trabajo y que aborrece el presentismo y exige ante todo buenos horarios o la posibilidad de .

Imagine que su CEO puede ser , el que lo fuera de General Electric, y que se hace público un post de éste en LinkedIn en el que dice que "teletrabajar es lo más parecido a un suicidio profesional".

¿Puede imaginar lo que haría? ¿Iría a trabajar a una compañía en la que sus mandos desconfían del teletrabajo, de la flexibilidad y de las posibilidades de ascender que tienen los que se acogen a estas fórmulas?

Cabe preguntarse qué estaría dispuesto a soportar usted por un empleo, o qué clase de recompensa le merece la pena para aceptar un puesto en una compañía con mala reputación, insegura, de la que no se dice nada bueno del clima laboral, la cultura corporativa o de los jefes.

Guillem Recolons, socio de Soymimarca en España, recuerda que "estamos habituados a buscar en Google todo lo relativo a procesos importantes de nuestra vida, y la empresa que podría emplearnos es un caso evidente. ¿Qué pasaría si al colocar el nombre de una compañía en un buscador la primera información habla de despidos a directivos? La sensación inicial es de falta de control, y acto seguido, posiblemente, descartemos a esa organización".

Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, explica que "lo que más motiva y evita la rotación no deseada es el ambiente de trabajo, y en esto tienen mucho que ver los jefes. Si hay valores poco adecuados, eso cae en cascada. La falta de ética, o un jefe tirano, llega hasta el último rincón, hasta el último contable de la empresa".

Jericó añade que las tragaderas profesionales dependen en muchas ocasiones del propio mercado laboral: "El motor más importante es la supervivencia (cuestiones económicas), y así en épocas en las que se dan altas tasas de paro hay mucha gente que no puede escoger".

Ovidio Peñalver, socio director de Isavia, coincide en que, bajo ciertas circunstancias, hay gente que sí trabajaría en una compañía aunque conociera sus malas referencias. De todas formas, Peñalver sugiere definir qué es una mala empresa, "ya que lo que para algunos puede ser una buena compañía, a otros no les resulta tan óptima. Depende de lo que se haya hecho en ella o de la función desempeñada".

Peñalver considera posible "vender el haber estado en una organización con antecedentes y desventajas, ya que eso es señal de resiliencia, de haber sobrevivido en un entorno complicado… Da igual la empresa. Lo que importa son los logros que se han conseguido y la función que uno ha ocupado. Esto puede ser valorado por otras empresas o por los cazatalentos".

Coincide con Jericó en que las cuestiones económicas pueden llevar a aceptar un trabajo en una compañía con ciertos antecedentes, "pero también podría aceptarse un puesto por conseguir algún atajo en la promoción profesional, o por conciliación, para poder trabajar desde casa, o por lograr mejores horarios".

Peñalver añade a esto el hecho de estar en paro, o de no tener un buen currículo. También hay gente que quiere regresar a su país para trabajar en él, o aquellos que desean cambiar de sector, o iniciar un cambio radical de actividad o de carrera.

Sin olvidar que hay quien vive tan frustrado y amargado en la compañía en la que trabaja, o está tan presionado por un mal jefe que cualquier puesto o empresa le vale.

Cómo enmendar el errorEl hecho de contar con información casi ilimitada sobre las empresas en las que podemos trabajar nos obliga a ser muy cuidadosos en la elección de la compañía, porque esto también puede pasarnos factura. Conviene ser diligente al recabarla, porque de lo contrario en otro empleo o en otra empresa pueden cuestionarnos sobre ello.

  • Podría decirse que cambiar de empleo o de carrera profesional tiende a ser como renovar el coche. Hoy ya sabemos que vamos a cambiar de compañía y que no vamos a estar siempre en la misma. El cambio se percibe como algo normal y se asume como algo que antes estaba penalizado.
  • Debe tener en cuenta que la vida profesional es ante todo experimentación, contrastar realidades, aprender e irnos descubriendo a nosotros mismos. El error forma parte del proceso de aprendizaje y también del proceso profesional.
  • Puede ser que se equivoque de empresa pero no de proyecto. Y puede que falle con su proyecto de carrera y que se de cuenta en la primera empresa a la que llega.
  • Las equivocaciones bien gestionadas son una gran fuente de información para el aprendizaje y la experiencia. No es tanto reinventarse como construir sobre lo ya construido.

Trabajos de los que no estamos orgullososDependiendo de las 'tragaderas' profesionales que tenga, bailará en el filo de una empresa que puede resultar vergonzante para su currículo o para futuros trabajos.

Lo cierto es que si a pesar de las advertencias decide trabajar en una compañía con 'antecedentes', de usted depende hablar de ella abiertamente en su currículo o durante una futura entrevista, aunque también es posible que se plantee esconderlo y no mencionarlo.

  • Recuerde que las redes sociales son hoy una ventana indiscreta que complica la justificación de un paréntesis laboral, de una actividad de la que pueda sentir vergüenza o de un trabajo que esté por debajo de sus capacidades reales.
  • Hay quien recomienda no esconder ese trabajo que puede ser considerado como 'vergonzante'. Si se oculta se corre el riesgo de que finalmente alguien se entere, y eso hace que pierda credibilidad.
  • Las habilidades que ha tenido que desarrollar en ese trabajo que ha aceptado en una empresa con antecedentes pueden ayudarle en otras situaciones.
  • En todo caso, por negativos que parezcan, esos trabajos pueden ser mejores que no hacer nada. E incluso en una actividad degradada puede descubrir talentos que nunca hubiera conseguido detectar en una actividad más alta.

Ciertos profesionales que han llegado a un nivel muy alto, pero han tenido que superar una situación complicada en la que se enfrentan a un trabajo inferior o negativo y logran pasar el trago con éxito, reciben una valoración muy alta cuando acceden a un proceso de selección.

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