Redacción Gestión

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A veces las personas se apresuran en salir de un trabajo sin tener en cuenta todas las razones por las que podrían querer quedarse, como las oportunidades profesionales a largo plazo, los beneficios económicos, las oportunidades en el sector, entre otras.

Para el autor Bernard Marr, algunos problemas en el trabajo –como tener un mal o no llevarse bien con los compañeros– pueden ser de corta duración, "especialmente en grandes empresas donde la gente se mueve con frecuencia".

Antes de decir la fatídica palabra: ¡renuncio!, Marr recomienda considerar estas cinco razones por las que quizás no quiera hacerlo… al menos no por ahora.

No tiene un plan.Dejar su trabajo sin tener un plan podría ser un gran problema si usted no tiene los suficientes fondos para sobrellevar algunos meses de desempleo. En los EE.UU., las personas que dejan de forma voluntaria su puesto de trabajo no tienen derecho a las prestaciones por desempleo. En su caso, si no tiene ahorros como para 'sobrevivir' unos meses, o algún otro plan para generar ingresos temporalmente, podría ser una muy mala idea dejar su trabajo de un momento a otro.

Existe una preferencia por los postulantes aún empleados.Cuando hay un puesto disponible, los cazatalentos y/o potenciales empleadores tienen una preferencia por los candidatos aún empleados. Esto no tiene mucho sentido, pero los datos confirman que los empleadores prefieren contratar a personas que aún cuentan con un empleo. De hecho, cuanto más tiempo esté sin empleo, es más difícil conseguir un nuevo trabajo.

Es más probable que reciba un ascenso en una misma empresa.Muchas empresas premian la lealtad y los años trabajados con ascensos, aumentos de sueldo y otros beneficios adicionales. Si existe la posibilidad de que sea promovido dentro de la propia empresa, podría ser mejor tener un plan para lograr esto en vez de irse a otra compañía, donde no tendrá ningún historial de salario, antigüedad, opciones sobre acciones, etc.

Tener la intención de renunciar lo pone en una posición para negociar; renunciar de frente, no.Cuando usted está dispuesto a alejarse de su actual empleo, esta intención lo pone en una posición de negociación. Pero si vocifera con cólera a los cuatro vientos que se quiere ir, habrá perdido todo su poder de negociación con su empleador actual e incluso con potenciales empleadores (siempre es mejor salir de un trabajo de buena manera con miras a futuras oportunidades). Evalúe si hay algún cambio que podría negociar para mejorar su situación, y luego encuentre la manera de negociarlo.

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(Si va a renunciar, asegúrese de tener un plan. Foto: LinkedIn)

Todos los empleos tienen sus pros y contras.Si se siente insatisfecho o disconforme con su trabajo, cualquier oportunidad que se le presente podría parecer mejor. Pero recuerde que la mayoría de, sino todos, . Un trabajo que tiene mejores beneficios podría resultar en un viaje más largo desde casa, o quizás usted podría escaparse de un mal jefe para encontrar otro peor. Antes de tomar una decisión precipitada, considere si hay cambios que usted mismo puede hacer sin renunciar.

Quizás pueda estudiar algo en la noche para distraer la mente, o trabajar de forma voluntaria en un departamento diferente, o encontrar un mentor en el campo de su interés. Intentar alguna de estas opciones podría ayudarlo a lidiar mejor con su trabajo o, quien sabe, encaminarlo hacia el éxito cuando estaba apunto de renunciar.

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Consejo adicional: Una razón más para no dejar su empleo es que su CV podría verse afectado si esto se hace una costumbre. Si usted ha estado en su actual puesto por menos de un año, sería mejor que aguante unos meses más para así tener un año completo de experiencia que mencionar en su hoja de vida. Los reclutadores y/o empleadores tienden a descartar a las personas que parecen ir de trabajo en trabajo, quedándose solo unos meses aquí y unos meses allá en diferentes puestos.

Si usted ha considerado todas estas razones y aún así quiere renunciar, está bien. Pero asegúrese de hacerlo con un plan y no por un momento de cólera.