Saber hablar en público es una habilidad muy necesaria y cada vez más requerida en el mundo de la empresa. No obstante, aún son pocas (aunque cada vez menos) las personas que dominan la oratoria en público.

Nick Morgan, colaborador de Forbes USA, presenta a continuación los diez mandamientos del public speaking.

Hablarás con autenticidad evitando el marketing y la autopromociónTienes que tratar de parecerte lo menos posible a un candidato a la presidencia del país, es decir, no debes prometer mil cosas y tratar de convencer de lo bueno que eres como si fueras un producto.

Te centrarás prioritariamente en la audienciaSi a la audiencia no le gusta lo que dices, el discurso no vale para nada. La audiencia tiene el poder. Habla para quienes te escuchan, adapta tu discurso a ellos si sabes quienes son. Asegúrate el éxito en parte con un poquito de esfuerzo previo.

No utilizarás Power Point como notasNi Power Point ni KeyNote, Prezi o cualquier otra herramienta para elaborar presentaciones. La presentación debe ser sólo un apoyo visual, pero el discurso lo tienes que dar tú, no cargues el peso en ellas.

No comenzarás tu discurso con un chisteEl humor es una cosa muy personal y, a menos que estés entre familiares o amigos, debes evitarlo. Al menos para empezar. La probabilidad de no caer bien por una broma inicial es del 90%. Mejor prevenir.

Hablarás con la pasión apropiada para no resultar aburridoNo hace falta que parezca que estás interpretando un dueto de Raphael y Rocío Jurado, ambos con un carisma y talento arrollador, pero ponerle un poco de entusiasmo a lo que dices nunca está de más. El tono lineal aburre a cualquiera.

Contarás historias y no torturarás a tu audiencia con miles de datosCuenta tus vivencias, anécdotas, experiencias, eso sí, que vengan al caso, sean algo detalladas y ayuden a contar lo que quieres transmitir. Si las historias que cuentas no interesan sólo conseguirás parecer el típico veterano de guerra sabelotodo de peli americana.

No harás de tu discurso un argumentario de ventasNo utilices un discurso para vender y si lo haces al menos sé sutil, no parezcas un anuncio de la Teletienda. Si la gente intuye un discurso puramente comercial lo más común es que desconecte y deje de atender a lo que estás diciendo.

No hablarás de ti mismoEs decir, de lo bien que te queda el traje, de lo despistado que estás hoy, de la cantidad de cosas que tienes que hacer… A nadie le importa, seamos realistas. Este tipo de chácharas y lamentos sólo empañan un buen discurso. Ve al grano con elegancia.

No hablarás para ti o el cuello de tu camisaEs decir, ni hablarás bajito, ni te felicitarás por lo buenas que son tus diapositivas, ni discutirás contigo mismo acerca de los datos mal puestos. Tienes que interactuar con el público, haz alguna llamada de atención, asegúrate de que están atentos.

No excederás el tiempo que te hayan asignado (ni te quejarás de él)Aunque sea poco el tiempo que te den para realizar tu discurso o tengas problemas técnicos al empezar, no comiences excusándote por ello. Trata de ajustarte lo máximo posible y que no parezca que ibas a contar algo grandioso para lo que necesitabas demasiado tiempo y que luego no sea así y los espectadores te vean como un exagerado.

Fuente: Foro Económico Mundial / Forbes