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Carlos A. Fernández GatesGerente del Área Legal Corporativa de PwC

Con el desarrollo de las inversiones y la apertura comercial, el flujo de personal extranjero se ha venido incrementando en los últimos años, especialmente de países de la región con los que el Perú ha celebrado convenios en esta materia.

No obstante, uno de los grandes problemas que se generan a menudo, debido a la poca celeridad en los procedimientos para la obtención de la calidad migratoria de trabajador para extranjeros, es el hecho de que algunos no necesariamente cumplen con la obligación de no realizar actividades hasta obtener el permiso correspondiente, pasando a desarrollar así labores de forma subordinada.

En la mayoría de casos, la explicación que se da es que no se puede permanecer en el país por tanto tiempo sin realizar ninguna actividad, tomando en cuenta que los procesos para la obtención de este tipo de condición migratoria pueden llegar a durar actualmente dos meses o más desde su inicio.

Las herramientas actuales que asisten a los extranjeros en estas situaciones, tales como el "permiso especial de viaje" una vez iniciado el proceso o la visa de negocios, parten de la premisa aparente de que el proceso de evaluación por las autoridades migratorias es más expeditivo de lo que ocurre en la práctica.

Por ejemplo, el permiso especial de viaje es el documento que permite a cualquier extranjero inmerso en un proceso migratorio, salir del país sin cancelar el proceso ya iniciado, pudiendo retornar posteriormente a fin de concluir su procedimiento. Sin embargo, este permiso actualmente es otorgado únicamente por un plazo máximo de 30 días. Incluso es el propio extranjero, sin la opción de ser representado, el que debe presentar su solicitud, lo que le suma una dificultad adicional a su pedido, que debería ser fomentado en lugar de limitado.

Asimismo, en lo que respecta a la visa de negocios, esta permite a los ciudadanos extranjeros realizar actividades lucrativas como consultores independientes, entre otras actividades, pero nuevamente sólo por un plazo máximo de 30 días. Una vez vencido este plazo, quedan imposibilitados de realizar cualquier tipo de actividad lucrativa.

Por ello, si lo que se busca es evitar que los ciudadanos extranjeros trabajen sin una condición migratoria habilitante, podría sugerirse extender el plazo que se otorga en los permisos especiales de viaje y permitir, de esta manera, la salida de los extranjeros hasta por el tiempo que dure su proceso. El cambio se aplicaría también a la visa de negocios, siempre que los extranjeros brinden un servicio que se ajuste a lo que permite tal condición.

Sin duda, una de las mejores opciones para asegurar que un extranjero no trabaje en el país sin la autorización debida es permitirle que no se encuentre ordenado a permanecer por un plazo prolongado hasta la emisión de su permiso, evitando así supuestos de inactividad forzada por el lado del trabajador y mayores gastos de recursos de fiscalización por el lado de la autoridad.