Ripe.- La transformación digital y la necesidad de conciliación han motivado el incremento de profesionales cualificados que optan por el trabajo temporal para aumentar su empleabilidad. Los nuevos temporales se han adaptado a las nuevas necesidades de sectores como la consultoría o servicios financieros que demandan perfiles muy específicos para proyectos concretos.

Menos de la mitad (42%) de los trabajadores asalariados tiene un contrato permanente. El dato, extraído de uno de los últimos informes de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) muestra, por una parte, la inseguridad laboral de muchos de los profesionales y, por otra, una tendencia que, según los expertos, viene para quedarse, sobre todo entre los perfiles con más cualificación. Porque en los últimos años, el trabajo temporal ha visto cómo cada vez más candidatos con formación específica, bien por necesidad o por elección, recurren a esta modalidad contractual.

Andreu Cruañas, presidente de Asempleo patronal de empresas de trabajo temporal, afirma que "el sector realiza al año unos 1,8 millones de contratos. De ellos, aproximadamente 230,000 corresponden a perfiles cualificados".

Este panorama no hace más que confirmar el dinamismo de un mercado laboral impulsado por la movilidad de sus profesionales. La séptima edición de Meta4-IDL Índice de Dinamismo Laboral, medido por Meta4 y analizado por IESE recogía hace unas semanas el máximo histórico, con un 22.8% el tercer trimestre de 2017.

Esto significa que durante estos tres últimos meses, más de uno de cada cinco trabajadores ha experimentado algún cambio en su estado laboral sin que se hayan creado o destruido puestos de trabajo.

Aunque en porcentaje los temporales cualificados apenas representa un 12,7% del total, al analizar el histórico se pueden encontrar datos muy relevantes: si en 2011 los profesionales temporales con cualificación Segundo y Tercer ciclo representaban el 4.9% del total, en 2016 eran el 6.5%, o lo que es lo mismo, 22,281 frente a los 40,497 que contabilizó Asempleo el año pasado.

Cruañas aclara que "el perfil del trabajador temporal está tendiendo a una cualificación mayor que en el pasado. Las necesidades de flexibilidad de las organizaciones van en aumento al igual que los trabajos por proyectos. Para todos estos casos las empresas usuarias requieren perfiles especializados en nichos muy concretos, que además sean capaces de hacer un uso eficiente de las herramientas digitales en el desempeño de sus funciones".

Los perfilesDomenec Gilabert, executive director de PageGroup, reconoce que en los últimos cinco años se ha dado una evolución hacia perfiles más cualificados. Subraya que existen dos tipos de temporalidad: "El contrato que se realiza para cubrir bajas por maternidad y paternidad, o por enfermedad, y los de interim management. Éstos últimos están ligados a proyectos temporales que tienen las empresas y para los que necesitan apoyo externo, por ejemplo, hacer una migración de ERP, reestructurar un departamento, establecer nuevos procesos y procedimientos, etcétera".

Jordi Pujals, director de Iman Temporing, afirma que "en los últimos años la transformación digital está cambiando los perfiles solicitados, existiendo una mayor demanda de perfiles técnicos, más especializados y mayor conocimiento de la tecnología".

Añade Pujals que en la actualidad "encontramos mayor salida profesional para aquellos profesionales que aportan un componente técnico: grado medio o superior con una mínima experiencia laboral".

Y desde Randstad, Luis Pérez, director de relaciones institucionales del grupo de recursos humanos, asegura que "el perfil de trabajador temporal ha variado y se ha adaptado a la nueva situación del mercado. Si hace pocos años hablábamos de una sobrecualificación de los profesionales, ahora encontramos serios problemas para encontrar determinados perfiles cualificados, sobre todo los muy especializados".

Añade Pérez que "el 44% de los candidatos de Randstad posee formación superior. Esto indica la mayor cualificación de estos profesionales, y el aumento de nivel formativo de los trabajadores que se acercan a una empresa de trabajo temporal".

Las competenciasLos expertos en selección hacen hincapié en las competencias de estos candidatos. Por ejemplo, Carlos Villacastín, director de Adecco Staffing, reconoce que durante los últimos cinco años y a futuro, "lo que realmente demandará el mercado son competencias diferentes.

No sólo vamos a hablar de conocimiento, sino de actitud y habilidades. Innovación, creatividad, trabajo en equipo, inteligencia emocional, resiliencia, comunicación y marca personal, seguirán siendo algunas de las competencias más valoradas por las empresas en el futuro".

También Manuel Solís, director general de Manpower, apunta que "los ciclos de habilidades son cada vez más cortos y en ese contexto aumenta la importancia de las llamados soft skills como la creatividad o el pensamiento crítico". Según Pujals, "el valor diferencial que puede aportar un candidato en una selección es la actitud con la que se enfrenta al puesto de trabajo".

Los sectoresEl presidente de la patronal explica que se demandan, sobre todo, "perfiles cualificados para trabajar por proyectos, también técnicos superiores y digitales para la industria y el sector terciario, y especialistas en el entorno digital en especial para el ámbito sanitario".

Gilabert asegura que la experiencia de PageGroup le lleva a identificar el gran consumo, químico y la industria en general, «la farmacéutica y la automoción a la cabeza», como los principales demandantes de este perfil cualificado.

Solís añade finanzas, márketing y logística, "sectores que implican contar con empleados con mayor cualificación. En estos casos se valoran la experiencia y los idiomas, además de la actitud y predisposición, competencias que son realmente importantes para cualquier sector y puesto".

Pérez añade el ámbito de los denominados STEM: "Son los que van a impulsar la digitalización del mercado laboral y los que van a requerir profesionales más especializados".

De manera general, Villacastín afirma que "la cualificación depende, en gran medida, del grado de automatización o especialización del sector o de la aportación de cada empresa a su mercado.

En ese sentido, las organizaciones se encuentran inmersas en entornos cada vez más competitivos y la diferenciación es un grado”.