Redacción Gestión

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Una famosa (y muy cierta) frase dice que "nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión". Por ello, es crucial cada primer paso que damos.

Relacionarse con los demás es fundamental para el éxito personal y profesional, y es por eso que las relaciones públicas forman parte de la estrategia del negocio y la imagen de una empresa, que son al final lo más importante.

Construir una imagen, además, cuesta mucho y no se hace de la noche a la mañana.

Hoy en día las comunicaciones van más rápido y hay que cuidar muy bien los pasos que uno da, lo que uno dice, lo que uno hace.

Lo primero es que el ejecutivo debe ser consciente de que está siendo puesto 'a prueba' y está constantemente en evaluación. Uno debe trabajar para proyectar la imagen que quiere tener y luego realizar las acciones para que ella se refleje: La imagen es cómo uno se expresa, cómo se relaciona con los demás, buscando crear empatía. ¡Es cómo uno piensa! Y para eso, uno debe estar preparado; tiene que ir sabiendo el mensaje claro que quiere dar.

Es, por cierto, también cómo uno se viste, cómo uno sonríe… para conectar y bajar barreras (mirar a los ojos, hablar con propiedad y autenticidad para generar confianza, por ejemplo).

Saber dar la mano, con energía, con compromiso; pero, sobre todo, tener los conceptos claros. Por eso es importante considerar que para que los ejecutivos alcancen sus objetivos estratégicos, tienen que ser conscientes de que las relaciones públicas son importantes para ello: Para fortalecer la imagen de marca personal y para transmitir sus mensajes con solvencia, de la manera más clara, creíble y efectiva en un mundo que se ha acelerado y globalizado, transformándose en un planeta con una gran mayoría de la población viviendo en las ciudades.

Por Úrsula VegaEspecialista en imagen