El mundo del emprendimiento tiene una nueva tendencia: el ; es decir, proyectos que buscan tener un impacto positivo en el mundo y que como efecto secundario se conforman como empresas de primer nivel. Para llegar a crearlo, el emprendedor social debe buscar un modelo rentable de negocio, definiendo una estrategia que le permita balancear la rentabilidad con el impacto social.

Es decir, este debe tener un análisis previo, en la que existan beneficios sociales; por ejemplo, se puede buscar resolver problemas ambientales, educativos, sociales, entre otros.

Pero no solo eso. Según Mónica Vásquez del Solar, directora de la región andina de , todo emprendimiento social debe cumplir estos tres principios: tener un impacto económico, social y ambiental positivo para una comunidad donde se aplique; esto es la validación y viabilidad para considerarse un negocio serio y rentable.

Para ello, este debe seguir los siguientes pasos:

1- Detectar un área de oportunidad y aplicar una teoría de cambio. Si nuestro proyecto busca ayudar a comunidades vulnerables éste tiene que estar basado en una investigación seria, y no sólo de lo que creemos que sería bueno.

2- Al concebir tu proyecto, debe cumplir estos tres principios: tener un impacto económico, social y ambiental positivo para una comunidad donde se aplique; esto es la validación y viabilidad para considerarse un negocio serio y rentable.

3- Para conseguir el capital inicial existen varias opciones, entre las que se encuentran el crowdfunding, créditos especializados o créditos otorgados por entidades gubernamentales.

4- Hay que mirar más allá, estudiar en qué otros sectores o comunidades existe la misma problemática que quizás ya resolviste o que estás resolviendo, hacer ajustes necesarios para llegar a un modelo de ingresos de negocios orientado hacia la sostenibilidad.

5- Seguidos los primeros pasos,, es necesario estandarizar para poder replicar y que este llegue a más gente (parte operativa).