Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

A veces nosotros mismos somos nuestro peor enemigo. Hacemos cosas de manera intencional o inconsciente que, en lugar de impulsar, impiden nuestro éxito. El primer paso para eliminar estas conductas destructivas es reconocerlas. Aquí están ocho de las más atroces:

1. Confundir estar ocupado con ser productivo

"No se debe confundir la actividad con el logro". – John Wooden.

Seamos realistas, usted puede encontrar tantas tareas relacionadas a su trabajo como para mantenerse ocupado todo el día y noche e incluso el fin de semana. La pregunta es: ¿Valen la pena?

El éxito no se basa en las horas que dedica al trabajo o la cantidad de tareas que realiza al mismo tiempo. Concéntrese en los temas que tienen un impacto. No hay que confundir estar ocupado con progresar. Medimos nuestro éxito en la "escala de estar ocupado" cuando en realidad deberíamos estar evaluando nuestro progreso en las actividades que tendrán el mayor impacto en nuestras metas.

Si bien la cultura corporativa podría recompensar el hecho de "parecer ocupado", el verdadero éxito empresarial es el resultado de un esfuerzo centrado en la búsqueda de objetivos a largo plazo.

2. Buscar la perfección

"Si usted busca la perfección, nunca estará contento". – León Tolstoi.

En un mundo ideal, la búsqueda de la perfección no sólo sería algo honorable, sino también recompensado. En el mundo en que vivimos, es una receta para la frustración y una pérdida enorme de tiempo.

Según el psicoterapeuta Mel Schwartz, "lo más cercano a la perfección es la capacidad de estar completamente presente. Sin ningún tipo de pensamientos que nos distraen y nos hacen medir o calificar nuestro propio rendimiento, somos libres de estar realmente en el momento. Es en ese momento que estamos verdaderamente vivos. Sin embargo, el perfeccionista por lo general no está presente ya que está bien ocupado criticando el pasado y recordando cada una de sus decisiones o preocupándose por sus futuras decisiones".

Sepa cuándo es el momento de seguir adelante y trazar metas con resultados realistas. Buscar la perfección no hará más que ponerle trabas en el camino o desperdiciar energía que podría emplearla de una manera más productiva en otras cosas.

3. Evitar el riesgo

"No se puede nadar hacia nuevos horizontes hasta que se tenga el coraje de perder de vista la costa". – William Faulkner.

A menos que sea un gerente de riesgo, la aversión total al riesgo no será una estrategia de éxito en su carrera. Por supuesto que tomar riesgos como aquellos de los dobles de Hollywood tampoco es el enfoque más eficaz. Usted debe tomar riesgos calculados que le ayuden a aprender y crecer. Sin riesgos, usted se estancará, mientras que las personas a su alrededor progresarán. Evalúe los riesgos en función de su capacidad para ayudarlo a alcanzar sus metas, luego, siga los que le dan la mejor oportunidad de avanzar.

4. Darle cabida al miedo impide el progreso

"Un barco está a salvo en el puerto, pero los barcos no son para eso". – William G.T. Shedd.

El miedo puede poner un alto en su carrera. Crea una parálisis que provoca estancamiento. A menudo se fermenta en la imaginación, donde las imágenes negativas pueden llegar a ser más grandes que la realidad. Si el miedo está afectando su progreso, comience con un cambio de mentalidad. En lugar de dejar que el miedo le impida estar en la línea de partida, déjelo que se convierta en el combustible que lo ayudará a dar un primer paso importante.

5. Reacción versus planificación

"El no planificar es planificar el fracaso". – Alan Lakein.

Las personas exitosas tienen un plan. Ellos fijan sus metas y trazan un curso. Miden el éxito y recalibran regularmente. Si usted considera que la mayor parte de sus actividades del día implican responder a las 'crisis' de otras personas o lo que llegue a su bandeja de entrada, entonces está malgastando energía y tiempo.

A menos que usted sea un bombero, reaccionar a las situaciones de emergencia no debe ser su estrategia para alcanzar el éxito. Cuando lo bombardeen con solicitudes que solo lo van a desviar de su plan, usted tiene tres herramientas para retomar su camino: delegar, ser breve de manera cortés, o hacer click en 'eliminar'. Conozca sus metas. Al final del día, pregúntese cuánto ha progresado para lograrlas.

6. Arreglar debilidades

"Con los años, he aprendido que una persona segura de sí misma no se concentra en sus debilidades, sino maximiza sus fortalezas". – Joyce Meyer.

Si usted es un orador público muy aburrido y nervioso, y su objetivo es ser el jefe de ventas, lo que necesita es practicar cómo hablar en público porque es esencial para su éxito. Sin embargo, la mayoría de los puntos débiles no requieren atención ni remedio. Cuando dedica mucho tiempo a "mejorar" las debilidades que no están relacionadas con sus metas, usted en realidad está tomando ese tiempo que podría usar en cosas que impulsarán resultados.

Dedicar demasiado tiempo a las debilidades es una fórmula para la mediocridad. Si en vez de hacer eso usted aprovecha ese tiempo para potenciar fortalezas, será el mejor en esa habilidad y será sencillo destacar y atraer la atención de aquellos que toman decisiones acerca de usted. Esa es la forma más eficaz de enrumbar el camino del éxito. Deshágase de la mediocridad y concéntrese en sus superlativos.

7. Ir solo por el mundo

"El poder de uno, si es valiente y centrado, es formidable, pero el poder de muchos trabajando juntos es mejor". – Gloria Macapagal Arroyo.

Este es uno de los mayores retos para algunos: creer que somos omnipotentes y autosuficientes. Las personas más exitosas en el mundo creen lo contrario. Ellos se rodean de una 'tribu' y fomentan asociaciones para toda la vida, a la vez que participan en una comunidad de los mejores especialistas del planeta. Si va solo por el mundo, sus únicos compañeros serán las cosas agotadoras que no hace bien o no le gusta hacer.

8. Rodearse de clones

"La fuerza reside en las diferencias, no en las similitudes." – Stephen R. Covey.

La comodidad de estar rodeado de gente como usted tiene un efecto secundario negativo. Causa una ceguera que le obliga a ver el mundo a través de un enfoque increíblemente estrecho. Todos hemos conocido gerentes que contratan a personas igual que ellos, y todos tenemos colegas que dicen "sí" a todo. Los líderes más exitosos se rodean de un grupo diverso de personas que desafían su pensamiento y acciones, amplían su perspectiva y los iluminan con resultados aún mejores.