(Bloomberg) Cuando IcelandAir lanzó su programa de escalas en 1948, el año en que la aerolínea hizo su debut, fue por necesidad y no una sabia medida de marketing. Como no tenía licencia para viajar directamente de Norteamérica a Europa, la única manera en que la compañía podía volar era ofreciendo una escala en Reykjavik, la capital de Islandia.

"En esa época, la aerolínea operaba vuelos con dos licencias diferentes", explicó Michael Raucheisen, portavoz de IcelandAir. "Una de Norteamérica a Islandia y la otra de Islandia a Europa".

Para 1955, dijo Raucheisen, "tomó forma la idea de que deberíamos permitir que estos viajeros vieran Islandia", y nació la parada gratis. Hacer una escala de unos días en Islandia entre vuelos de conexión era como obtener unas vacaciones gratis dentro de unas vacaciones: se convirtió en un éxito instantáneo entre mochileros hippies en la década de 1960, y aunque se ofreció en forma continua desde entonces, una campaña concertada de marketing hace unos años volvió a poner el programa bajo el reflector.

Desde el 2012, el programa de escalas gratis en Islandia ha exhibido un incremento interanual de entre 30% y 39%, y 50% de los pasajeros de IcelandAir vuelan vía Islandia y 31% de ese subgrupo aprovecha las paradas gratuitas extendidas, que pueden durar entre una y 13 noches.

Pregúntele a cualquier operador de Islandia qué efecto han tenido las escalas en el turismo local y comprobará que concuerdan en forma unánime: la promoción de IcelandAir ha sido el mayor factor catalizador del explosivo sector turístico islandés.

Programas similaresAl menos una docena de otras aerolíneas desde 2012 han adoptado programas similares. El año pasado, la aerolínea portuguesa TAP añadió un amplio programa de escalas con paradas de uno a tres días en Lisboa, que es la segunda capital europea más cercana a Norteamérica, después de Dublín.

"En nuestra historia de 75 años, en esencia les hemos estado vendiendo hielo a los esquimales", dijo Gareth Edmondson-Jones, portavoz de TAP, refiriéndose a la tendencia de la aerolínea a venderle Portugal a la diáspora portuguesa.

Enfocar un grupo básico de visitantes a Portugal significaba que los aviones estuvieran llenos en verano y vacíos en invierno, y la aerolínea tenía dificultades para mantenerse a flote.

"Un programa de escalas se convirtió en la clave de nuestra estrategia de expansión, nos permite vender toda Europa a toda Norteamérica", añadió. Aproximadamente 40,000 viajeros han aprovechado el programa desde su lanzamiento, y la aerolínea ha experimentado un renacimiento.

IcelandAir: parar en Reykjavik es conveniente para muchos itinerarios de Estados Unidos a Europa, en particular si uno se dirige a Escandinavia. Una pestaña de fácil uso en el portal de internet de la aerolínea permite encontrar y reservar vuelos con escalas desde 18 destinos norteamericanos a 26 destinos europeos.

TAP: este es uno de los mejores programas, y no solo porque Portugal sea una de las paradas naturales en la ruta a la mayoría de las capitales europeas o incluso africanas. Las escalas están disponibles en Lisboa o Porto, por intervalos de 24, 48 o 72 horas.

AirCanada: en comparación con algunos otros programas, este esquema de escalas es limitado, ya que solo subsidia el costo de una habitación de hotel en Toronto, Montreal o Vancouver si su vuelo hace una parada de seis horas o más.

Turkish Airlines: aunque no podrá pasar la noche con el programa TourIstanbul de esta compañía, los pasajeros que hacen escalas de 6 a 24 horas pueden realizar giras programadas a pie para ver la Mezquita Azul, Hagia Sophia y el Gran Bazar.