Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

Karen Rojas Andia / Paulo Rivas Peñakrojas@diariogestion.com / privas@diariogestion.com

Cuando se concibe una idea respecto a un nuevo producto o servicio, se requiere atravesar un proceso para finalmente colocar dicho producto en el mercado. Idear, conceptualizar y elaborar un prototipo son fases elementales para evaluar si lo que se pretende ofrecer satisfará las necesidades del , así lo explica Laurent Ogel, de la agencia española PRAXXIS.

La idea debe ser estudiada, es indispensable conocer quién es el cliente y qué está buscando. Según Ogel, de allí parte la importancia de escuchar al consumidor e incorporarlo bajo determinados parámetros de selección en el proceso de desarrollo del nuevo producto o servicio, como parte de la metodología del diseño.

"Se debe mantener al cliente en todo momento en ese proceso, escucharlo, investigar sobre él, conceptualizar y prototipar con él", subraya.

Citando la definición brindada por el miembro de la agencia PRAXXIS, el diseño de servicio se enfoca en las emociones, necesidades y experiencias del usuario.

De ese modo, no basta con identificar los datos básicos del consumidor (tales como edad, nivel socioeconómico o lugar de residencia), pues es preciso conocer cuáles son sus hábitos de consumo y analizar cómo se relaciona dentro de su ecosistema. Todo ello con la finalidad de saber si el servicio que se ha diseñado se alinea con sus necesidades y si esa persona también propicia el consumo del producto.

En cuanto a las herramientas de diseño usadas en la creación de servicios, Laurent Ogel detalla que las herramientas de co-creacion (paneles donde se elaboran matrices) permiten conocer de manera visual los requerimientos del usuario y los llamados puntos de contacto con el cliente (por ejemplo, cuando el consumidor ingresa a una tienda).

Luego de ello, se miden las emociones del cliente a partir del registro de los puntos de contacto. "Se evalúa la sensación del cliente desde que entra a una tienda; dicha emoción puede incrementar o decaer, si la vendedora lo atiende de una determinada forma; probablemente su sensación sea positiva, si encuentra cierto producto. Se analiza la curva de emociones de acuerdo a los puntos de contacto y se observa las emociones positivas y negativas".

Por esa razón, es posible mejorar el servicio a partir de un piloto comprobado y testeado de forma ideal, manifiesta el especialista.

En sus palabras, no podemos arriesgarnos a diseñar productos y servicios sin haber testeado y sin haber puesto al cliente en el centro, sería una perdida de coste enorme, además los diseñadores se frustrarían al lanzar un producto o servicio que luego no funciona.