"¿A quién le ha ganado él para ser jefe y yo no?", es una pregunta popular cuando ocurre un ascenso o un aumento de sueldos. Y es que los celos profesionales son el pan de cada día en muchas empresas. Afortunadamente, tiene solución.

Luchar contra la envidia en la empresa es como nadar contra la corriente. El secreto está en lograr un sistema formal y transparente para que nadie sienta un trato injusto, asegura César Antúnez de Mayolo, experto Postgrado de la Universidad del Pacífico.

Entonces lo principal es diferenciar los celos profesionales destructivos de la envidia sana. La primera es dañina para el , la segunda puede estimular la proactividad en los colaboradores.

El punto de quiebre, curiosamente, lo origina la misma compañía. Un sistema formal de ascensos, basado en el mérito, generará envidia sana que provocará cambios positivos en la empresa.

Sin embargo, si los trabajadores no tienen idea de por qué fulano asumió un puesto superior y otro no, comienzan las suspicacias. Luego el chisme, y esto origina déficit de atención en las labores principales; es decir, pérdida de tiempo.

Los casos más graves, incluso, pueden devenir en un eventual boicot de las actividades del colaborador objeto de los celos, afirma el académico.

Por ello, la labor del jefe o gerente es importante. Debe estar en la capacidad de explicar a sus empleados por qué unos merecen ciertos beneficios y qué le falta al otro para llegar al mismo nivel.

"La transparencia hace que las reglas del juego estén claras para todos, y no haya sorpresas", sentencia Antúnez de Mayolo.

¿Romances en el trabajo?El amor en la oficina es inevitable, hasta normal. Vamos, uno comparte más de la mitad del día en el trabajo, y es de esperar que se generen vínculos en el trabajo.

Y no debería haber ningún problema, comenta el experto, siempre y cuando no afecte el desempeño laboral.

Para ello, el académico aconseja dos tips puntuales: que los tórtolos no trabajen juntos, para que no haya conflicto de intereses. Sobre todo cuando el vínculo laboral es de jefe-subordinado.

El otro punto es evitar la pérdida de tiempo, y conversar con ellos para que entiendan que las horas de oficina son del trabajo.