(Bloomberg).- El tipo de empresa para el que uno trabaja hace una gran diferencia en las chances de recibir aumentos de sueldo, según concluyó una nueva investigación.

Esto se suma a las evidencias cada vez más grandes de que lo que ocurre dentro de una empresa importa fuera de ella. Los investigadores demostraron que las diferencias entre las empresas han crecido lo suficiente como para influir en el crecimiento de la productividad en EE.UU. y la desigualdad salarial general. El nuevo estudio también sugiere que afectan la movilidad del ingreso.

Tras recopilar datos sobre trabajadores y empresas de la Oficina del Censo y la Administración del Seguro Social de Estados Unidos, los investigadores John Abowd, de la Oficina del Censo; Kevin McKinney, del California Census Research Data Center; y Nellie Zhao, de la Universidad de Cornell, clasificaron a los trabajadores y a sus empleadores según tres dimensiones: habilidad, ingresos y salario promedio de la empresa.

Para sorpresa de nadie, detectaron cierta correlación entre los trabajadores y las empresas. Por ejemplo, los trabajadores menos calificados tienden a trabajar en compañías que pagan poco y ganan salarios bajos.

El 27% de los trabajadores poco calificados está empleado en empresas que pagan mal, pero solo el 17% de los trabajadores medianamente calificados está ahí. Casi el 80% de los trabajadores poco calificados en esas empresas se encuentra en el fondo de la escala de distribución de ingresos entre todos los trabajadores, en comparación a mucho menos de la mitad de los trabajadores medianamente calificados en esas empresas.

En cambio, el 25% de los trabajadores muy calificados está empleado en las empresas que más pagan, y el 89% de esos trabajadores se encuentra en la categoría que más ingresos percibe. Esas empresas líderes emplean al 21% de los trabajadores medianamente calificados, de los cuales el 42% se encuentra en la categoría de más ingresos.

Estas clasificaciones permitieron a los autores calcular la prima salarial asociada a trabajar en diversas empresas. Según descubrieron, las que pagan mucho no solo les pagan más que las otras a los trabajadores con calificación baja y media, sino que también son mucho más propensas a hacer que esos trabajadores avancen en la distribución salarial.

Un trabajador poco calificado en el extremo superior de la distribución de ingresos y empleado en una empresa que paga poco gana en promedio US$ 67,000, frente a US$ 73,000 en una de las compañías que más pagan.

Para los trabajadores más calificados en el extremo superior de la distribución de ingresos, la prima por trabajar en una de las empresas que mejor pagan es todavía mayor: el salario promedio asciende a un mínimo de US$ 81,000 y un máximo de US$ 143,000.

Estas diferencias, que coinciden con las conclusiones de otros estudios, son difíciles de reconciliar con el modelo del mercado laboral que se enseña en la primera clase de Economía, según el cual el salario de un trabajador depende exclusivamente de sus habilidades.

El beneficio más importante descubierto por la investigación para los trabajadores de calificación baja y mediana en las compañías que pagan bien son las probabilidades de que les aumenten el sueldo.

Para los trabajadores medianamente calificados que se encuentran en el medio de la distribución de ingresos y actualmente trabajan en empresas que pagan poco, las chances de avanzar a la categoría salarial más alta el año que viene son de menos de 1%. En las compañías con salarios medios, es del 3%; en las que más pagan, es del 12%.

Otros estudios recientes sugieren que los retornos de capital se están diferenciando más entre las empresas, que el crecimiento de la productividad no bajó en las compañías líderes y que la creciente desigualdad salarial refleja sobre todo cambios entre las empresas, no dentro de ellas.

Durante demasiado tiempo, las autoridades y muchos macroeconomistas ignoraron en gran parte qué ocurre dentro de las compañías y por qué algunas se comportan de manera distinta a otras. Para entender la desigualdad en Estados Unidos, deben comenzar a prestar atención.

Por Peter R. Orszag

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.