(Bloomberg).- Miramos hacia las empresas de tecnología para construir la economía del futuro. Ellas nos aportan la visión y los medios para hacernos más productivos y eficientes con herramientas como computadoras personales, teléfonos inteligentes y conexiones de internet de alta velocidad.

Se supone que las empresas de tecnología están a la delantera. Por eso sorprende que dos de las más grandes, IBM y Apple, estén retrocediento, disponiéndose a que la vida de las oficinas en las próximas décadas se parezca mucho a la del 2005. Es probable que estén equivocadas.

IBM está poniendo fin a su política liberal que fomentó el trabajo remoto, obligando a los empleados a volver a las oficinas para facilitar la colaboración. Mientras tanto, Apple se dispone a abrir su nuevo y vasto campus corporativo de US$ 5,000 millones en Silicon Valley.

La cultura de Silicon Valley es considerada el pináculo del éxito, dado el crecimiento explosivo del sector tecnológico en los últimos 20 años. Apple, Google, Facebook, Netflix, Tesla, Uber y otros han creado productos y empresas que son la envidia del mundo y lo han hecho en parte quebrando las normas de lo que solía considerarse cultura corporativa.

Códigos de vestimenta informal como el buzo con capucha de Mark Zuckerberg, plantas abiertas en vez de cubículos u oficinas atiborradas y campus caminables con comodidades en el sitio y comidas gratuitas para las largas horas de trabajo de los ingenieros.

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[Así será la nueva sede de Apple. Foto: Bloomberg]

Fuera de Silicon Valley, cada vez más empresas se han mudado de los suburbios a zonas urbanas densas por las que se puede caminar. Lo han hecho por una variedad de razones. Se cree que la productividad y la innovación son mayores en las áreas densas.

Pero, tal vez más importante sea que es en las áreas densas y urbanas donde las personas jóvenes, talentosas, con educación universitaria –los millennials- cada vez más quieren vivir, y las empresas quieren estar cerca de las fuentes de talento de las que se alimentan.

Si bien en la década del 2010 estos millennials son jóvenes inquilinos solteros en áreas urbanas para peatones, en la década de 2020 esos mismos millennials estarán en una fase diferente de la vida.

Se estarán casando y teniendo hijos, no tendrán tanto tiempo libre, y comprarán casas en barrios más accesibles donde las escuelas sean mejores. Las oficinas corporativas ubicadas en zonas urbanas o en comunidades con costos de vivienda exorbitantes no se adecuarán tan bien a estos millennials crecidos.

Cuando los millennials lleguen a la mediana edad, las disposiciones flexibles y el trabajo remoto los tipos de trabajo que IBM está abandonando son lo que los trabajadores querrán. En lugar de ser una atracción deseable, la reluciente nueva sede de Apple, ubicada en una región de precios inmobiliarios de millones de dólares, puede ser un lastre para la compañía si ni siquiera los trabajadores bien pagos pueden permitirse vivir cerca de la oficina.

Hay una cierta paradoja en que Apple esté abriendo su nueva sede al mismo tiempo que el empleo en Silicon Valley podría estar llegando a un punto de inflexión. El empleo en el área metropolitana San Jose-Sunnyvale-Santa Clara no crece desde julio.

Es poco probable que eso se deba a algún desplazamiento del sector tecnológico, sino que más bien se explicaría por el índice de desempleo de 3.4% en la región y la dificultad para construir viviendas nuevas.

La vida de oficina en el 2025, más que una cuestión de millennials veinteañeros en centros urbanos o en lujosos campus de Silicon Valley, probablemente involucre a millennials de treinta y tantos años que se alejan de las áreas metropolitanas de alto precio y se extienden por los suburbios.

Enfrentadas con una aguda escasez de mano de obra, las empresas harán todo lo posible por conseguir los servicios de esos trabajadores. Las empresas de tecnología fueron pioneras en la solución; el viejo modelo de IBM será el patrón para cada vez más empresas.

Por Conor Sen

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial ni la de Bloomberg LP y sus dueños.

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