Un total de 2,283 pescadores del sector industrial decidieron desvincularse de la actividad pesquera, acogiéndose al marco del D.Leg 1084 promulgado el 2008 y los beneficios del Foncopes, de los cuales 1,070 lograron reinsertarse al mercado laboral en otros campos productivos.

Desde ese año, las empresas del sector invirtieron S/ 51.12 millones en la administración de los programas del (Foncopes), administrado por IPAE, para la reconversión laboral de ex pescadores del sector industrial.

"Se dio a los trabajadores la opción de seguir trabajando en la industria, ganando más o menos lo mismo – porque los ingresos estaban en relacion a las capturas – o acogerse a una renuncia voluntaria con una indemnización generosa, más un programa de reconversión laboral", señaló Elena Conterno, presidenta de la (SNP).

El decreto legislativo también establecía límites máximos de captura por embarcación para la pesca industrial de anchoveta, a fin de abandonar el viejo sistema de "captura olímpica", competencia entre pescadores que depredaba los recursos marítimos.

Del total de trabajadores acogidos (2,283), que muchas veces solo tenían nivel primario y secundario, el 91% o 2084 ex pescadores que renunciaron voluntariamente recibieron una pre asesoría a fin de conocer sus competencias blandas y duras, retroalimentación de sus potenciales oportunidades laborales e información de la propuesta de valor del programa.

Del total acogido, el 42% pertenece a Áncash, el 30% en Lima y Callao, el 16% en Piura y el 12% en otras regiones.

El programa otorgaba a los acogidos una subvención 24 meses. En los ocho años, Foncopes registró cero conflictos en cinco oficinas de la costa peruana y logró 55% de casos exitosos y un 90% de satisfacción, según sus encuestas bimestrales.

"Es una Asociación Público Privada (APP) que creo que es replicable [ en otros sectores económicos ]", señaló Fernando Balbuena, director Ejecutivo de IPAE.

Mario Revilla, gerente del Foncopes, señaló que "860 de estos casos de éxito corresponden a ex pescadores que crearon o fortalecieron sus emprendimientos con buenos negocios en restaurantes de pescados y mariscos, fast foods, mayoristas de fruta, productores de palta y maracuyá, talleres mecánicos y hospedajes.

Los otros 210 beneficiarios se reinsertaron en sectores productivos, destacando entre ellos a los operadores de maquinaria pesada en el sector construcción y minería, marinos mercantes y mecánicos de autos, entre otros.