Redacción Gestión

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Cuando la farmacéutica francesa Sanofi anunció la salida de su presidente, Christopher Viehbacher, nadie dudó de que se trataba de un despido, incluso el directorio dijo, sin rodeos, que habían perdido la fe en el ejecutivo. Hasta hace poco, presidentes como Viehbacher eran despedidos con sutileza, con un anuncio que decía que dejaban su cargo para pasar más tiempo con su familia.

Pero a medida que las juntas directivas hacen un esfuerzo por demostrar que mantienen el control de sus empresas, están dejando de lado las apariencias. Varios documentos presentados por firmas ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) están repletos de menciones de despidos.

En marzo, Symantec reveló que Steve Bennett había sido "despedido" como presidente de la empresa debido al declive de los ingresos y el precio de la acción.

Y en enero, la presidenta ejecutiva de Yahoo, Marissa Mayer, no intentó ocultar el motivo de la salida del director general de operaciones. Es más, Mayer afirmó que ella misma decidió la salida.

SutilesEn otros casos, las señales son más sutiles. Hertz anunció en setiembre que su presidente saldría de la compañía "por motivos personales". Ese mismo mes, en documentos presentados ante la SEC, la empresa describió la salida como "despido sin causa".

Para las juntas directivas, prescindir de un presidente sin mucha delicadeza es una forma de demostrar que la cúpula responde a las preocupaciones de los accionistas.

Incluso, cuando las compañías anuncian la renuncia de un ejecutivo, cada vez dan más pistas de lo sucedido para probar que la empresa busca una nueva dirección.

Palabras precisasEl lenguaje es importante en estas salidas. Si el ejecutivo es despedido por una causa pueden perder su derecho a indemnización.

Quienes son despedidos sin causa o quienes renuncian bajo presión, a veces pueden reclamar mayores paquetes de compensación. Por tanto, el lenguaje que usan las empresas para describir la salida de un ejecutivo puede influir en cuánto dinero se llevan.

Una investigación realizada por Luke Taylor, profesor de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, muestra que un 23% de todos los cambios de presidente en empresas del Fortune 500 ocurrieron tras un despido entre 1990 y el 2006, frente al 12.3% entre 1971 y 1989.

A veces, los mismos directivos se sinceran. En el 2013, después que Groupon despidiera a su máximo ejecutivo, Andrew Mason, el directivo mandó una nota de despedida al personal. "Tras cuatro años y medio intensos y maravillosos, he decidido pasar más tiempo con mi familia", escribió. "Estoy bromeando: hoy me despidieron", agregó.

EN CORTOAntecedentes. Los despidos solían ser "suavizados", según Donald Hambrick, profesor de gestión de la Escuela de Negocios Smeal de la Universidad Estatal de Pensilvania. Hambrick recuerda que el estilo de despido sin tapujos se remonta a mediados de los años 90 en empresas como Eastman Kodak y General Motors.