Redacción Gestión

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Muchos jóvenes, generalmente los que aún siguen en la universidad o los que recién han concluido sus estudios, tienen una increíble sed por emprender y asumir los pros versus contra que incluye independizarse. Al mismo tiempo, para algunas personas que ya superaron la barrera de los 40 años, el puede convertirse en una opción, quizá en la única.

Sin duda, hoy en día, en momentos de desaceleración económica, ejecutivos pueden quedar cesantes a edades en que se hace difícil lograr su .

"La carrera ejecutiva termina entre los 45 y los 55 años y hoy la expectativa de vida supera los 75 años, lo que lo hace pensar qué hacer en los 20 a 30 años que le quedan de vida útil", dice a La Tercera Iván Díaz Molina, profesor de la cátedra de Innovación Grupo GTD del ESE Business School de la Universidad de los Andes, quien junto a Juan Luis Guillén es autor de "De empleado a empresario".

Según contempla el título, muchos ejecutivos de larga trayectoria analizan si les es conveniente iniciar un emprendimiento para que de esa manera puedan reinsertarse en el mundo laboral.

Por lo que emprender un negocio se convierte en una poderosa alternativa muchas veces al margen de la vocación o espíritu emprendedor. Como indica La Tercera, "sea por uno u otro motivo, antes se veía el emprendimiento como algo muy riesgoso y la carrera ejecutiva como algo seguro. Ahora no es tan así."

Lo cierto es que, una vez que el ejecutivo se convierte en , debe asumir nuevos roles y retos, entre ellos el de pasar a ser ellos mismos los empleadores y, en consecuencia, estar en capacidad de ofrecer ambientes laborales que incentiven el intraemprendimiento.

De hecho, los emprendedores comparten características en común: son personas responsables, metódicas, con capacidad de liderazgo, que no les temen a las situaciones de riesgo. De esa manera, los ejecutivos que aspiran a convertirse en uno de ellos deberán contar con estas cualidades.

"Los emprendedores ganan flexibilidad y la posibilidad de encontrar una actividad que los satisface, además de ser sus propios jefes. Pero tiene su contraparte: largas horas de trabajo, trámites, búsqueda de financiamiento y el desconocimiento normal que implica emprender por primera vez. Esto dificulta bastante el inicio de las actividades, contratos, permisos, etc.", puntualiza Cristián López, director ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech).

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