(Bloomberg).- Fue el que introdujo a los operadores de almacenes de Estados Unidos en el negocio de los robots.

Quiet Logistics, que envía indumentaria desde su depósito en Devens, Massachusetts, venía utilizando robots fabricados por una empresa llamada Kiva Systems. Cuando Amazon compró Kiva en el 2012, Quiet contrató a científicos.

En el 2015, escindió una nueva compañía llamada Locus Robotics, que recaudó US$ 8 millones en capital riesgo. El año pasado, Locus dio a conocer su propia solución de robótica para almacenes llamada LocusBot –-la utilizó primero para su propia actividad, y luego la vendió a empresas que envían de todo, desde electrodomésticos hasta autopartes.

Ahora, Locus consiguió algo más grande: está vendiendo sus robots a DHL Worldwide Express, la compañía de logística de terceros más grande del mundo. DHL utilizará las máquinas en un establecimiento de South Haven, Miss., para hacer llegar dispositivos quirúrgicos a salas quirúrgicas en todo el país.

Para ello, el software de Locus dirige un LocusBot a un estante donde se encuentra el artículo específico. Allí se encuentra con un trabajador humano, lee una descripción del artículo en un iPad, y lo coloca en un cubo de plástico montado en el aparato. La idea es que el robot haga la mayoría de los desplazamientos, mientras que el trabajador simplemente patrulla una zona específica.

"La primera tendencia fue tratar de reemplazar a los humanos", dijo Rick Faulk, director ejecutivo de Locus. "Ahora se apunta a que los seres humanos y los robots trabajen en colaboración".

Locus no está sola. La adquisición de Kiva por parte de Amazon desató una carrera armamentista entre los fabricantes de robots y los expedidores de todo Estados Unidos que se apresuraron a seguir el ritmo del gigante del comercio electrónico.

Esto incluye a 6 River Systems, una compañía con sede en Waltham, Massachusetts, fundada por ex empleados de Kiva, que esta semana está exponiendo su robot en ProMat, una feria industrial en Chicago. También está Fetch, una compañía en San Jose, California, cuyo robot recorre a toda prisa los almacenes y también hace las caminatas por los trabajadores.

Los grandes cambios en la robótica de almacenes responden al aumento del comercio electrónico, dijo Adrian Kumar, vicepresidente en el área de diseño de soluciones de DHL. Durante décadas, los operadores se centraron en la tarea de cargar los palés y enviarlos a los minoristas, que desglosan los envíos y los encaminan a los establecimientos minoristas.

Completar las órdenes online, por otro lado, requiere que los expedidores empaqueten cajas con un conjunto diverso de artículos individuales y los dirijan a los hogares de los clientes.

Ese cambio ha dado paso a lo que en la jerga del negocio se denomina robótica colaborativa, en la que un trabajador de almacén humano trabaja junto a una máquina autónoma.

En el depósito de Quiet Logistics, los robots acortan la distancia que un trabajador de almacén recorre en una jornada normal de 22 kilómetros (14 millas) a menos de 8 kilómetros (5 millas), dijo Faulk.

Los robots, por su parte, se estacionan directamente frente al estante del que el trabajador debe retirar el artículo, disminuyendo el riesgo de que el ser humano se equivoque. Eso facilita el trabajo y es atractivo para los empleados. "Trabajar con robots resulta divertido", dijo Faulk.