Redacción Gestión

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Quién no ha recibido, en alguna ocasión, un correo electrónico de un que se marchaba de la empresa agradeciendo el tiempo compartido con la plantilla y el apoyo de sus jefes.

Este es uno de los detalles que los aconsejan tener cuando se deja la compañía para la que trabaja. Aunque no el único.

Irse bien es tan importante como presentarse de manera correcta en un puesto de trabajo nuevo. La imagen que deja en esa organización el día de su marcha puede quedar grabada en las retinas de sus ya ex y suponer una buena o una mala referencia para futuros trabajos.

Cerrar su relación laboral de una manera educada y elegante puede a veces resultar complicada. Sobre todo cuando el cese no es voluntario. Aun así, hay que comportarse de manera profesional y dejar las rabietas para casa.

En el fondo, cualquier sector profesional es un pañuelo y, como recuerda Noelia de Lucas, directora comercial de Hays , "todos estamos conectados y si has decidido abordar este reto tendrás que echarle coraje y pensar en tu . Te juegas tu reputación y debes dar los pasos adecuados en la despedida".

La huella que deja cuando se marcha de un trabajo puede dejar marca, hasta tal punto que manche su reputación y le reste opciones futuras. De ahí que no sólo sea imprescindible marcharse de forma correcta y analizando las causas de su baja, sino también contar de manera franca las razones de su salida en su anterior empresa cuando se enfrenta a una entrevista de selección.

Por esa razón, entre los consejos de los expertos está asumir los errores. Si ha cometido algún fallo, mentir y ponerse a la defensiva no es la mejor estrategia. Aunque es difícil asumir los errores es la mejor manera de recuperar credibilidad y confianza.

Un segundo paso es pedir perdón. Admitir públicamente los fallos y disculparse por sus consecuencias es la mejor manera para reparar la reputación dañada.

En tercer lugar, se deben reparar los daños. Si ha hecho algo mal, pero te esfuerzas por compensar el daño se minimizan las consecuencias.

La última clave es tener paciencia. Crear una buena marca personal lleva tiempo. No es algo que se pueda construir en un día. Lo importante es no perder de vista tus principios y valores para no crear desconfianza.