Redacción Gestión

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¿Quieres ver fotos de mi perro? ¿Quieres saber cuál ha sido mi peor cita? ¿Mi peor pareja? ¿Qué tal si te cuento sobre la vez en que lloré tanto en un aeropuerto que la aeromoza me ofreció un pasaje a precio reducido aunque no había muerto ningún familiar? ¿La historia de cómo tengo esta cicatriz en el codo? La respuesta a todas estas preguntas es no.

Así comienza el en Business Week, para tratar el tema de la vida privada en el trabajo. En teoría, no compartir detalles de la vida privada en la oficina es sinónimo de profesionalismo. "Pero de vez en cuando, se nos escapa alguna anécdota que nunca debimos ventilar. Otras personas se toman una licencia para compartir historias que se convierte en un hábito fastidioso, hasta a veces asqueroso", indica Suddath.

LímitesAngeline Evans, especialista en comunicación corporativa y blogger en The New Professional, señaló que hay dos tipos de personas que "comparten de más", por lo que deben manejarse de manera distinta. "Algunas personas simplemente no tienen un filtro de privacidad", aseguró.

Si estas personas le comentan sobre el enema que tuvieron la semana pasada es porque se lo dicen a todo el mundo. El otro tipo califica dentro de aquellos que tienen una falsa percepción de intimidad con los demás. "Algunas veces, una persona se siente más cercana a otras de lo normal, y es más probable que digan cosas que otros se reservarían", dijo Evans.

El problema está en que cuando se pasa tantas horas en la oficina chismoseando sobre los colegas o quejándose del trabajo, es fácil romper los límites y empezar a filtrar historias personales. "Esto no siempre es una buena idea. Si te preguntas si debes o no compartir alguna historia, eso probablemente significa que no debes hacerlo", recomendó Evans.

Sin embargo, Hallie Crawford, coach vocacional, recomendó que si hay algo sobre su pasado o estilo de vida actual (como ser homosexual, según el ejemplo del artículo) que quiere compartir con sus colegas, debe decirlo, ya que es importante sentirse cómodo en el trabajo. Claro, si va a comenzar a hablar sobre sus enemas, mejor tenga cuidado.