Redacción Gestión

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(Bloomberg).- está creando su primera oficina de inmigración, según personas al tanto de los planes, mientras el presidente busca talentos extranjeros para ayudar a impulsar la transición a una economía basada en los gastos de los consumidores y en innovación.

El ministro de Seguridad Pública, Guo Shengkun, quien también actúa como consejero de Estado, reveló la medida a principio de año en una reunión interna sobre una reforma más amplia de los servicios de seguridad nacional, según las fuentes, quienes solicitaron no ser identificadas porque los planes no son públicos.

La agencia se crearía al fusionar y expandir las oficinas de control de fronteras del ministerio y la administración de entrada y salida. Podría estar en funciones antes de fin de año, dijeron.

Es la última señal de que China considera la contratación de trabajadores extranjeros como una forma de ayudar a vencer su dependencia de la fabricación e inversión para evitar la "trampa de la renta media" que ha estancado a las economías en desarrollo desde Asia hasta Sudamérica.

Casi cuatro décadas después de que Deng Xiaoping comenzó la apertura de China al mundo, cerca de 600,000 extranjeros viven en el país bajo el régimen comunista, una pequeñísima fracción de su población de casi 1,400 millones de habitantes. Japón, en cambio, tiene 2.17 millones de extranjeros.

"China no necesitó hacer esto durante las décadas pasadas, ya que registraba un crecimiento de dos dígitos por el simple hecho de disfrutar los dividendos demográficos", dijo Wang Huiyao, presidente del Center for China and Globalization, instituto de investigación que asesora al gobierno. "Pero ahora necesita un nuevo dividendo de talentos extranjeros para ayudar a respaldar el crecimiento económico".

El Ministerio de Seguridad Pública no respondió una solicitud de comentario enviada por fax. El ministro anunció el lunes 16 medidas para optimizar las solicitudes de residencia permanente y otras aprobaciones para trabajadores extranjeros capacitados en la zona de libre comercio en Guangdong, el principal centro de fabricación del sur de China, en la frontera con Hong Kong, informó la agencia oficial Xinhua News Agency.

Además de necesitar especialización, el país enfrenta una extensa presión demográfica a medida que envejece la población. El gobierno reemplazó su el año pasado tras registrar un descenso en la población en edad laboral por primera vez en dos décadas.

No se conoce con certeza a quiénes busca atraer la nueva oficina de inmigración china. Aunque Xi ha insistido en un aumento general de intercambio de talentos internacionales, sus declaraciones públicas se han enfocado en los chinos residentes en el extranjero, particularmente quienes dejaron el país para obtener educación y nunca más regresaron.

'Muy bien recibidos'."Serán muy bien recibidos si regresan a China", dijo Xi en una reunión de la Western Returned Scholars Association en octubre del 2013. "Si se quedan en el extranjero, los apoyaremos para servir al país de diversas maneras".

Las estrictas normas de visado, la contaminación severa y la fragilidad del estado de derecho están entre los factores que complican cualquier esfuerzo de China para atraer a trabajadores del extranjero. Menos de la mitad de los 2.6 millones de estudiantes enviados al exterior entre 1978 y el 2012 volvieron, informó Xinhua News Agency al momento de las declaraciones de Xi.