(Bloomberg).- se solaza en la gloria del perdón.

Su alcanzó el millón de unidades vendidas en Corea del Sur desde su lanzamiento el 21 de abril, el doble del ritmo de los modelos S7 y S6 anteriores, informó Yonhap News.

Es verdad que se trata del mercado local de Samsung, de modo que cabía esperar que sus compatriotas volvieran a la marca más rápido que los consumidores de otros países después del desastre de baterías del año pasado. Pero una duplicación del ritmo de ventas es toda una hazaña.

Refuerza el creciente flujo de noticias que apunta a que Samsung se recupera con fuerza y atrae a los consumidores con un nuevo diseño sin marco y características populares. Sin embargo, yo sugeriría otra razón: la costumbre.

Si bien en el mundo hay decenas de compañías fabricantes de teléfonos inteligentes, sólo Samsung tiene el alcance geográfico que le permite convertirse en la opción de Android prácticamente en todas partes. Mucho se ha dicho sobre el auge de marcas chinas como Huawei, Oppo y Vivo. Pero la combinación de las tres no iguala los volúmenes de exportación de Samsung.

Por otra parte, casi no existen fuera de su mercado local. Huawei, una marca global por derecho propio, vende el 61% de sus aparatos dentro de China, según datos de Bloomberg Intelligence y de IDC.

Por toda una serie de motivos políticos y nacionalistas, los chinos prefieren no comprar teléfonos Samsung. Muchos otros países tienen también héroes locales por los cuales se inclinan los patriotas.

Pero eso no ha impedido que en líneas generales el mundo elija Samsung. Latinoamérica le brinda una participación de mercado de 30%, mientras que Asia, excluido Japón, es leal a la marca trimestre tras trimestre. Sigue siendo número 1 en Europa central y oriental a pesar de un fuerte avance de Huawei, mientras que en Europa occidental Samsung sólo está por debajo de Apple Inc.

Al no haber mucha diferencia entre los modelos Android, y dado que la mayor parte de los consumidores simplemente quiere un aparato bueno y confiable, Samsung se ha convertido en la marca más elegida. Por un momento su posición peligró a raíz del desastre del Galaxy Note 7, pero la crisis ha quedado atrás.

El perdón es algo maravilloso, si bien en realidad lo que Samsung podría estar disfrutando es la fuerza de la costumbre.

Por Tim Culpan

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.