(Bloomberg).- Isadore Sharp, fundador de Four Seasons, no juega al golf.

Quizás esto sorprenda a los huéspedes en su casa sobre la ladera en Toronto, donde ventanales de piso a techo ofrecen una vista despejada de las exuberantes calles más abajo en el Rosedale Golf Club hacia el extremo norte de la ciudad. "No tenía tiempo para jugar al golf", dijo el hotelero canadiense.

"Issy" Sharp, de 85 años, sigue ocupado en el imperio de hoteles de lujo que comenzó hace seis décadas en el barrio rojo del centro de Toronto. Durante el período que va desde el inicio de los viajes de ultramar en avión hasta una era digital de desestabilizadores, Four Seasons Hotels and Resorts ha seguido atado al principio rector de Sharp que, dice, atraviesa todas las culturas y religiones: "Si tratas bien a las personas, como quieres que te traten, harán lo mismo".

El magnate constructor convertido en hotelero considera que esa llamada Regla de Oro es la razón por la cual la compañía seguirá siendo dominante entre los hoteles cinco estrellas en la escena mundial, pese a la expansión de rivales como Ritz-Carlton y a la aparición de nuevas amenazas como Airbnb.

Four Seasons crecerá con el tiempo de 105 propiedades en 43 países a más de 250 ubicaciones, dijo. Roma es uno de los mercados de interés.

"No vemos un límite al alza porque el mercado ha crecido enormemente", dijo Sharp en una entrevista a principios de este mes desde su casa/oficina decorada con pinturas de Lawren Harris y otros artistas del "Grupo de los Siete" y una extensa colección de porcelana cuidada por su esposa Rosalie, diseñadora de interiores responsable de la ambientación de varios hoteles.

Apoyo de GatesSi bien hace siete años abandonó el cargo de presidente ejecutivo y las operaciones cotidianas de la cadena, Sharp sigue siendo el presidente de la junta directiva y tiene una participación accionaria de 5% después de una compra en 2007 del cofundador de Microsoft, Bill Gates, y del príncipe Al-Waleed bin Talal de Arabia Saudita. Sharp continúa manejando el control "estético", lo que significa que aprueba todos los "conceptos" de la empresa.

Gates y Al-Waleed son "muy activos en el apoyo a la gestión" y es poco probable que vendan sus participaciones, lo cual genera "certeza y estabilidad" para los más de 45,000 empleados de Four Seasons, dijo Sharp, agregando que cada persona contratada es entrevistada por lo menos cuatro o cinco veces para garantizar la selección adecuada.

"Sharp creó la legendaria marca Four Seasons y una cultura única basada en su compromiso con un servicio excepcional y un lujo incomparable", dijo Charles Zehren, portavoz de Cascade Investment LLC, el principal vehículo de inversión de Gates. "En Cascade, nos enorgullece estar asociados con Issy y todo el equipo de Four Seasons, que es una parte valiosa de nuestra cartera de inversiones a largo plazo".

Gates y el príncipe se proponen que la compañía valga "mucho más" que la valoración US$3.700 millones al momento del acuerdo de 2007 cuando dejó de cotizar en bolsa, dijo Sharp, quien se negó a hablar sobre la perspectiva financiera de Four Seasons excepto decir que siempre ha tenido beneficios.

Sharp atribuye el sólido balance general al hecho de ser contrario al endeudamiento y eludir negocios paralelos. Entre los conceptos promocionados y abandonados a lo largo de los años figuraron residencias para personas mayores con la marca Four Seasons.

Nota Original: No Time for Golf as Four Seasons Founder Sharp Eyes Expansion