Redacción Gestión

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¿Una postura menos temerosa puede influir en la confianza propia?, ¿una posición corporal menos rígida puede contribuir a que tengamos una actitud más flexible frente a los demás? Para John Taipe, docente de la Diplomatura de Coaching de la , el aprendizaje no solo involucra el lado cognitivo.

"Desde la mirada del , el ser humano tiene tres dominios: el corporal, el emocional y el linguístico. Esos espacios están interrelacionados", precisó el especialista. De tal manera, es posible aprender a adquirir una actitud o habilidad, si se interviene desde uno de esos ámbitos.

"Debemos revisar los espacios emocionales que finalmente pueden determinar el hecho de alcanzar un objetivo. Lo corporal es relevante. Muchas veces olvidamos que el aprendizaje también está determinado por la corporalidad", añadió.

Por tanto, si un proyecta una falta de seguridad en sí mismo ante sus colegas en la presentación de resultados trimestrales o anuales, Taipe subrayó la necesidad de poner enfásis en lo corporal con solo adoptar una postura enérgica.

Una posición de poder consiste en pararse derecho e inclinado levemente hacia adelante con las manos en los costados o, si fuera el caso, inclinarse hacia delante sobre un escritorio con las manos apoyadas con firmeza en su superficie.

Si otro colaborador del tiene dificultades para escuchar con atención a los demás, una postura rígida y 'cerrada' no lo ayudará a tener una actitud distinta. Para influir en ese cambio, él puede sentarse frente a otro compañero con los brazos abiertos y levemente inclinado hacia adelante.

Para adoptar una actitud diferente, es necesario practicar posturas como las planteadas, lo que generará un cambio positivo de cara al largo plazo. El consultado destacó así el rol de la corporalidad en el aprendizaje.