TEFAF (Foto: Natascha Libbert)
TEFAF (Foto: Natascha Libbert)

Historia y modernidad, representados en el lujo y el arte, sobresalen en la , que abrió este sábado sus puertas en Maastricht (Holanda), en un evento que mueve millones de euros cada año invertidos en piezas de todas las épocas y países, entre ellos España.

Es un evento al que se acude vestido de gala, se compra con un vaso de vino tinto en la mano y un canapé de jamón y palta (aguacate) en la otra, pero la mente siempre puesta en las últimas tendencias para hacer la mejor inversión posible en una pieza de arte.

Ellos trajeados, ellas con sus mejores atuendos, pero ambos con el mismo objetivo: que nadie les quite de las manos ese cuadro de Miró que cotiza a 27.5 millones de euros o un collar de oro, zafiro y diamantes de Van Cleef & Arpels, vendido a las dos horas de abrir la feria por 352,000 euros. No se hizo esperar.

A nivel mundial, TEFAF es una de las principales ferias de arte "y para seguir ahí, hay que cambiar constantemente, para refrescar y añadir sangre nueva", explicó el exdirector del Rijksmuseum de Ámsterdam, Wim Pijbes, ahora presidente global de "Vetting", la persona que tiene la última palabra sobre las piezas aceptadas en la feria.

La novedad más destacada de este año en TEFAF, que se celebra cada año desde 1988, es precisamente la intensificación de las exigencias de calidad: los expositores no pueden repetir piezas ni ofrecer objetos similares, las descripciones deben ser lo más precisas posible y el estado de conservación de los cuadros es innegociable.

Pijbes reconoce que el cambio en esta edición es "un tanto dramático" porque se han sustituido 40 galeristas que ofrecían cuadros de maestros antiguos "para abrir la puerta a 40 nuevos expositores" pero considera este paso una "gran decisión que la audiencia está valorando mucho y que ofrece una nueva dinámica" al evento artístico de año.

Los comités de examinadores, formados por expertos académicos, comisarios de arte, científicos con estudios artísticos, y seguidores de un artista en concreto, mirarán las obras y sus detalles con lupa, y ya no contarán con la opinión de los galeristas.

El arte contemporáneo, más escogido por los amantes del arte, se está potenciando frente a los clásicos del mercado antiguo, que son más específicos de museos y coleccionistas, pero las obras procedentes de China, donde se está popularizando el arte occidental, también están atrayendo al público europeo de TEFAF.

Participar en la feria un año no garantiza a los expositores un ticket seguro para el año siguiente, por lo que deben ser los mejores y competir por un hueco en cada edición.

"Desde mi punto de vista es un tema muy interesante porque yo formé parte del comité durante cinco años y tuve problemas con compañeros porque piensan que se les están retirando piezas porque tú tienes una similar. El ser juez y parte es complicado. Yo estoy totalmente a favor de esta nueva decisión", agrega el galerista y anticuario español, Diego López de Aragón.

Algunos traen órdenes desde casa: las piezas de cerámica de "la farmacia de El Escorial", autorizadas para su venta por España, solo pueden adquirirse por clientes españoles, una medida para garantizar que las piezas nacionales vuelven o se quedan en casa.

Hay visitantes que viajan hasta Maastricht como si se tratara de un museo convertido en centro comercial: pasean con estilo entre los 278 expositores de TEFAF, enlazando pasillos divididos por temática, desde anticuarios, pinturas antiguas, contemporáneas, diseños, joyas y esculturas, que seguramente acaben en manos privadas, o, con suerte, en las de alguno de los 300 museos de prestigio.

Otros son coleccionistas, por amor o por una cuestión de negocios, y que esperan ansiosos todo el año para estas fechas de marzo. Acuden a la feria, sin más tardar, el primer día, reservado para clientes VIP que solo acceden al recinto con invitación especial.

Buscan aumentar sus propiedades, a la vez que quitan ceros de la cuenta corriente, porque la pieza más barata se valora en varios cientos de miles de euros, pero los compradores hacen cola en la entrada para ser los primeros en ver, pujar, regatear y ser los afortunados que se lleven uno de los 30,000 objetos a la venta en TEFAF.

Se espera que al menos 300 aviones privados aterricen estos días en el aeropuerto de Maastricht, llenos de amantes del arte que vuelan principalmente desde Europa, pero también desde Estados Unidos, América Latina y la India, según el agente de operaciones del aeródromo, Robert Jense.

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