Publicó su primera novela a los 19 años y causó un revuelo mediático. Diez años después, Silvia Núñez del Arco ha vuelto al Perú para presentar su cuarto libro. Es un trabajo de poco más de 300 páginas que reúne los pormenores de su relación con el escritor Jaime Bayly, desde el inicio hasta el presente. A estas memorias las ha titulado “Nunca seremos normales”.

“Tiene bastantes detalles sobre cómo todo sucedió. Siento que si no lo hubiera publicado, igual lo hubiera escrito para algún día poder recordar esos años”, expresa sobre el texto que le tomó cuatro meses escribirlo y que compartirá hoy con sus lectores en la Feria del Libro (FIL) de Lima (ver en corto).

¿Tiene una rutina a la hora de escribir?
Sí, escribo por las noches, cuando mi hija está dormida y Jaime en la televisión. Escribo cuatro horas diarias, desde las 8 hasta la medianoche, que es cuando Jaime llega de la televisión. Escribir un libro implica sentarse e intentarlo todos los días, así escribas solo una línea o una frase.

¿Qué tan difícil fue escribir estas memorias?
Cuando escribí mi primer libro, a los 19 años, me costó bastante más trabajo. Me tomó un año hacer esa novela. Para este libro fue más rápido porque antes de escribirlo hice una lista con todos los temas que quería tratar.

¿Se pone algún filtro al momento de escribir?
Ningún filtro. Ponerse filtros al escribir es un error, sobre todo porque es como si se tratara de un proceso de catarsis o de liberación de demonios. Si quieres que un texto sea verdadero, no puedes escribir con filtros. Mejor es escribirlo todo y luego, antes de publicar, decidir: “Esto no lo voy a contar, esto sí”. Escribir es descubrir emociones que estaban ocultas.

¿Hubo algunas anécdotas que se quedaron fuera?
No quité nada. Cuento todo lo que pasó. Es mi versión, no estoy inventando nada. Quería que sea lo más verdadera posible. Parte del encanto de este libro es que quiero que se sienta mi voz, como si yo se lo estuviera contando a alguien la historia de Jaime y mía en un bar.

¿Por qué no apostó por la ficción esta vez? ¿Era la realidad más interesante?
En este caso, sí. En este libro, la realidad es más interesante y supera a la ficción. Creo también que es mi mejor libro.

¿Cómo es su relación literaria con Jaime Bayly? ¿Es su primer lector y su editor?
Este libro lo escribí, lo envié a la editorial y solo cuando supe que me iban a publicar, se lo di a leer. Él es muy respetuoso. No se mete a cambiar ninguna palabra, ni mi estilo, ni me impide que cuente algo personal.

En el aspecto literario, ¿la presencia de Jaime Bayly ha sido un impulso o una sombra a su carrera?
Ha sido un impulso. Fue él quien me animó a seguir mi carrera. Cuando conocí a Jaime y le di mis textos, él me animó a seguir escribiendo. No me juzgaba, no me corregía. Me decía “sigue haciéndolo y vas a encontrar tu propia voz, tu estilo”.

¿Qué ha aprendido de él?
Todos los días aprendo de él. No es mi primer lector, pero sus consejos ayudan, influyen y siempre son bienvenidos. Además, es muy disciplinado para escribir. Con solo ver eso me anima a ser igual.

¿Siente que la crítica es injusta con sus libros?
Siempre ha sido así. Siento que la crítica subestima lo que hago. Eso ha sucedido desde mi primer libro. Algunos decían que yo no lo había escrito, que Jaime lo había hecho, que cómo una chica de 20 años podía llamarse escritora.

¿Le molesta?
Al final, yo sé para qué soy buena. No estoy pendiente de las críticas.

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