Redacción Gestión

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(Bloomberg) "Escribí algo parecido a 'muy lindo' en el feed y diez minutos después su galería me llamó", contó Ibsen. Treinta minutos más tarde, había comprado la pintura.

Instagram, aplicación para compartir fotos que cuenta con 300 millones de usuarios activos desde que comenzó en 2010, se está convirtiendo para las galerías en una herramienta importante de venta de obras de arte. Más coleccionistas usan la aplicación para buscar obras y realizar compras. Para los artistas, Instagram es un instrumento de promoción.

Facebook e Instagram se consideran los dos canales de medios sociales más importantes del mundo del arte, de acuerdo con el Online Art Trade Report 2015 de Hiscox, aseguradora de bellas artes con sede en Londres. Según el sondeo que realizó, el 69 por ciento de los encuestados que coleccionan obras de arte desde hace menos de tres años usan Instagram para fines relacionados con el arte.

"En los viejos tiempos, nunca habría encontrado la obra" de Caccia, dice Ibsen. "Yo no estaba en Bruselas. No habría tenido la oportunidad de comprarla".

Ibsen dijo haber adquirido quince obras de arte por medio de la aplicación en los últimos tres años. Le compró el Caccia a Super Dakota, una galería que antes le había vendido otra obra del mismo artista. Las obras de Caccia tienen un precio que oscila entre los 3.000 euros (US$3.370) y los 9.000 euros, según la galería de Bruselas.

Obras legibles"Con frecuencia hay personas que preguntan por una obra por haberla visto en Instagram", señaló Damien Bertelle-Rogier, fundador de Super Dakota. "Trato de curar Instagram de modo que represente el espíritu de la galería y a veces los coleccionistas reaccionan muy bien ante eso".

Alexander Hertling, co-propietario de Balice Hertling, una galería con sucursales en París y Nueva York, dice que su galería ha vendido esculturas de pared coloridas y gráficas que oscilan entre los 9.000 euros y los 40.000 euros.

"Iniciamos una conversación y después las vendemos", explicó Hertling en una entrevista telefónica. "No se puede vender algo de 500.000 euros en Instagram. Pero sí se puede vender a un artista joven que hace obras coloridas y legibles".

Los marchands y los coleccionistas también usaron Instagram durante el Berlin Gallery Weekend del mes pasado y en las ferias de Nueva York. "Los coleccionistas siguen a otros coleccionistas", explicó Tanya Leighton, cuya galería de Berlín lleva su nombre. "No tienen necesidad de tomar un café en el salón VIP de Frieze. Pueden conectarse y ver qué les interesa a todos los demás".

Instagram se ha convertido en un elemento democratizador en el mundo del arte, ya que ofrece a los no entendidos acceso a las últimas tendencias del cerrado mundo de los marchands, los artistas y los coleccionistas. Los artistas usan la aplicación para promocionar sus obras, aun cuando rehúyan el aspecto de las ventas y la comercialización.