El consumo de cócteles libres de alcohol o con bajo contenido alcohólico es una de las grandes tendencias de la industria. Cada vez más consumidores priorizan momentos de diversión relajada, consciente y saludable, mientras que los bartenders abrazan la inclusión de amigos elegidos, embarazadas y pacientes con una enfermedad o un tratamiento contraindicados con el alcohol.
Este último es mi caso hace 18 meses. Y entre quimioterapias, inmunoterapias y radioterapias, me he vuelto sensible al retraso de esta tendencia en el Perú, pero también a los tímidos avances. Algunas barras y restaurantes ya incorporan bebidas libres de alcohol con el detalle y la complejidad de un buen cóctel. Un ejemplo de consumo reciente: el Berry Shrub de Lila Dasso. La experiencia se eleva gracias a su sabor ligeramente avinagrado y a la decoración con hierbabuena, que aporta aromas y contraste de colores.
Para seguir profundizando en esta ruta, comparto tres ideas:
- Nombres y espacio. Desde el 2017, la bartender Julia Momosé impulsa el Manifiesto Spiritfree, para que dejemos de llamar a estas bebidas “mocktail” (literalmente, “una burla de cocktail”), “cócteles vírgenes” o “bebidas suaves”. Su propuesta es “Spiritfree”, un nombre estimulante y explícito. La batalla semántica de Momosé refleja la importancia de darle peso y sentido a esta sección de una carta, cuidando no solo el lenguaje, sino también la ambición, la coherencia y la cantidad de opciones. Esto último es un pasivo en nuestras barras, que usualmente solo ofrecen tres o cuatro cócteles “spiritfree”.
- Bajo en alcohol. No recuerdo una sola carta que dedique una sección o información específica a los cócteles con bajo contenido alcohólico. Si los tienen, hay que descubrirlo. Aquí hay una tarea pendiente y un gran mercado por penetrar.
- Empezar por casa. Así, haremos sentir bienvenidos a los amigos que quieren disfrutar de nuestra afición mixológica, pero con consciencia del contenido espirituoso. Podemos experimentar con jugos, shrubs, infusiones, cold brew, jarabes, mieles y cordiales. Para cócteles de bajo contenido alcohólico, los vinos fortificados son excelentes bases. Otra opción es jugar con los matices que ofrecen los bitters, que tienen alto contenido alcohólico, pero se usan en muy pequeñas cantidades.
Claves
- Brite-Side. Esta receta, del libro “60-second cocktails”, es de muy bajo contenido alcohólico y fácil de preparar en casa.
- Ingredientes. 2 partes de té Earl Grey frío, 2 partes de jugo de manzana, ½ parte de limón dulce (o ¼ de limón criollo) y 2 dashes de Angostura bitters.
- Método. Agitar todo en una coctelera llena hasta la mitad con hielos. Servir colado en una copa coupe. Aromatizar y decorar con piel de limón.