"Creo que ganaste el Premio Nobel". Fueron las primeras palabras que el escritor británico Kazuo Ishiguro escuchó la mañana de ayer de boca de su agente. "¿Tienes alguna evidencia?", respondió con incredulidad. Pero, hasta ese instante, el agente no contaba con confirmación alguna. Momentos después, el autor nacido en Japón recibió la ansiada llamada: se hizo con el Premio Nobel de Literatura 2017.

La obra de Kazuo Ishiguro examina temas como la memoria, el tiempo y el autoengaño. La Academia Sueca respaldó así su decisión destacando que "en sus novelas de gran fuerza emocional ha descubierto el abismo bajo nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo".

Es el segundo autor en lengua inglesa consecutivo que consigue el galardón después de Bob Dylan el año pasado; lo cual supone un reconocimiento menos controvertido y, a la vez, más previsible. Ello, según El País, por tratarse de un autor de amplia trayectoria con prestigiosos premios como el Booker.

Lazos con la pantalla grande"Lo que queda del día" es uno de sus títulos más celebrados y que tuvo una adaptación cinematográfica. El drama costumbrista estrenado en 1993 estuvo protagonizado por Anthony Hopkins y Emma Thompson. Su director, sus actores y Ruth Prawer, encargada de adecuar el guion, fueron nominados a los Óscar y Globos de Oro.

A la lista se suma "La condesa rusa", obra en la que un exdiplomático ciego estadounidense se enamora de una condesa rusa que se ve obligada a trabajar como dama de compañía en el contexto de la guerra chino-japonesa.

Al momento, "El gigante enterrado", su más reciente producción, es el último que ha llegado al cine. La obra explora cómo la memoria se relaciona con el olvido, la historia con el presente y la fantasía con la realidad. La película que fue bautizada con el nombre de "Nunca me abandones" recibió varias nominaciones al Premio de Cine Independiente Británico.

Tanto esta última como "Los restos del día" son para The New York Times las novelas "más hipnóticas y rotundas" de Ishiguro.

Tendiendo puentesSu adaptación cinematográfica "multiplicó exponencialmente sus lectores y creó puentes entre el consumo popular y la buena literatura".

El propio autor no es indiferente. "La relación con el cine mantiene a los libros en el centro de la cultura", dijo en una entrevista con El País. El Nobel, cuyo trabajo incluye guiones para cine y TV, reveló además la razón por la cual jamás adapta sus guiones. "Escribir una novela es un trabajo duro y una vez que la terminas lo último que quieres es volver sobre el mismo material".

Sara Danius, secretaria de la Academia, describió asimismo el estilo del escritor inglés como "una mezcla de Jane Austen, comedia de costumbres y Franz Kafka".

Para NYT, "aunque algunas de sus novelas sean kafkianas, no se trata de la pesadilla asfixiante de los personajes de Franz Kafka, sino de la creación de una lógica rara, que nos inquieta y nos envuelve, que nos arrastra vertiginosamente y nos convence".