Redacción Gestión

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(Bloomberg) El año pasado, cuando tres empresarios de la marihuana de Colorado hicieron una presentación para cuarenta inversionistas de Silicon Valley, fue como si estuvieran hablando de alguna cosa obscena.

"Hubo sonrisas incómodas en la sala, como si estuviéramos hablando de pornografía", dijo Fulton Connor, miembro de Sand Hill Angels, que organizó el encuentro. Sus colegas inversionistas de riesgo no pudieron soslayar el hecho de que la marihuana sigue prohibida bajo ley federal.

Están mucho más relajados ahora, dice. En mayo, la empresa de Connor, que en general invierte en startups convencionales como la aplicación de taxis Flywheel, destinó US$200.000 a Tradiv, un mercado online para venta de cannabis al por mayor. "Lo entienden más como un negocio y la dirección a la que va el mercado", dijo Connor. "Y ven dónde está siendo más aceptado".

El estigma en torno a la industria de la marihuana, valuada en US$7.200 millones, se va disipando a medida que los estadounidenses se familiarizan con la idea, más estados permiten el uso medicinal y recreativo y los negocios de marihuana empiezan a generar grandes utilidades. Se sabe que el sentimiento ha cambiado cuando el establishment se involucra, como lo hizo Microsoft Corp. el mes pasado al anunciar una colaboración para rastrear marihuana para los gobiernos locales y estatales.

Los inversionistas de riesgo de Silicon Valley y los empresarios se presentan como ávidos de riesgo, dispuestos a llegar donde inversionistas más conservadores no. Sin embargo, los que apoyaron el negocio de la marihuana desde un principio, vienen de los sectores inmobiliario y del petróleo y el gas, no de Sand Hill Road. Las empresas de capitales de riesgo con frecuencia encontraron obstáculos de parte de sus inversionistas, entre los que se cuentan universidades, que no querían apoyar al sector, dijo Keith McCarty, directivo de Eaze, que organiza entregas de dispensarios de marihuana medicinal en California. Agregó que estas restricciones se han relajado los últimos años.

Adelantándose a los cambios

En gran parte, la confianza creciente refleja la aceleración en los esfuerzos por la legalización, que están alcanzando una masa crítica. La mitad de todos los estados ya permite la marihuana para uso medicinal y cuatro permiten la posesión de pequeñas cantidades para uso recreativo. En noviembre, California, con su gran mercado, estará entre los tres estados que en noviembre votarán sobre medidas para uso recreativo. La mayoría de los estadounidenses dicen que la marihuana debiese ser legal, según un sondeo de Gallup publicado en octubre.

"Ciertos inversionistas están tratando de entrar al Mercado adelantándose a las iniciativas de noviembre y posicionarse donde puedan para cuando ocurra una legalización más amplia", dijo Evan Eneman, director de Casa Verde Capital de Snoop Dogg, una compañía de capital de riesgo en Los Ángeles que se especializa en compañías en primeras etapas de sectores auxiliares de la industria del cannabis, como Eaze.

Aluvión de acuerdos

Mientras tanto, las compañías de capital de riesgo han anunciado un aluvión de acuerdos. Founders Fund, compañía de capital de riesgo cofundada por el multimillonario Peter Thiel, que incluye en su portafolio a Airbnb Inc., Facebook Inc. y SpaceX, contribuyó el año pasado una suma no divulgada a una ronda de inversiones en Privateer Holdings, fondo de inversiones empresarias de Seattle centrado en la marihuana.

Y Combinator Inc., incubadora que ayudó con capital inicial para Airbnb y Dropbox Inc., el año pasado puso US$120.000 en Confident Cannabis que crea software para laboratorios de testeo de marihuana y la misma suma en Meadow, que hace software para dispensarios y servicios de entrega. "Hay muchas oportunidades de tecnología en el cannabis, porque todas las industrias requieren software", dijo Justin Kan, socio de Y Combinator.

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