Hay una primera vez para todo, y una de las situaciones que más inquietud puede producir es asumir una jefatura por primera vez.
Si bien no existe una fórmula única de éxito, especialistas consultados brindan algunas recomendaciones tanto si el jefe novicio fue ascendido dentro de la compañía o desde fuera.

Los primeros pasos
En ambos casos, la primera acción que debe realizar es estudiar el terreno, afirma Alexis Boggio, docente de la Universidad del Pacífico. Es fundamental un profundo conocimiento de la estructura de la organización, las áreas clave y el personal.

Por eso, las reuniones con el equipo a dirigir son fundamentales para brindar retroalimentación sobre las motivaciones, habilidades y objetivos a cumplir. “Lo que se hace en esta primera instancia valdrá más que lo que se gerenciará luego”, afirma Silvana Cárdenas, country manager de Right Management.

Una figura guía
Otra de las estrategias que sugieren los especialistas es encontrar la figura de un mentor.

Sea una persona de confianza fuera o dentro de la compañía, el jefe novato puede hallar en él un guía que ya atravesó el proceso inicial. Esto le permitirá tomar atajos, evitar caminos resbalosos, a la vez que lo alentará a correr riesgos. “Encontrará en el mentor, más que soluciones o recetas, inspiración”, dice Boggio.

Independientemente de que se trate de un jefe novicio o no, los expertos coinciden en que es importante buscar el crecimiento constante y un consejero puede ser de gran ayuda para eso.

Ganarse la confianza
Sin duda, uno de los mayores retos al asumir el liderazgo de un equipo es ganarse su confianza, especialmente si se es también un jefe sin experiencia.

Es un error común que el líder novicio, con el objetivo de ganar respeto desde el primer momento, adopte un estilo poco natural y muy directivo. Al proceder de esta forma, lo único que provocará en sus subordinados es un impacto negativo, dice Cárdenas.

Así, algunas actitudes que conviene evitar son la soberbia, la beligerancia y la crítica a la gestión anterior.

Al inicio, es preferible manejarse de forma sutil, ser precavidos y observar antes de actuar, afirma Lorena Claux, directora de Consultoría en SOOM Personas & Organizaciones. “La mejor manera de ganarse la confianza de los colaboradores es actuando ante ellos con transparencia e involucrándolos en los proyectos”, asegura Boggio.

Por su parte, Cárdenas considera que es mejor evidenciar las cualidades que el empleador observó en el jefe para promoverlo, de una manera más dialogante y horizontal.

La vocera aconseja abrir líneas de comunicación con los colaboradores, tener charlas con cada miembro del equipo e identificar sus fortalezas.

Estilo de liderazgo
Ahora, ¿un jefe nace o se hace? En muchas ocasiones un colaborador alcanza la jefatura gracias a sus resultados antes que por contar con habilidades de liderazgo.

Sin embargo, los especialistas subrayan la importancia de desarrollar estas competencias. Boggio afirma que se puede aprender a ser jefe y, como en todo proceso de aprendizaje, la clave está en la práctica.

“Desarrollar un estilo implica conocerse en profundidad y ser muy consciente de virtudes y defectos, para potenciar los primeros y minimizar los segundos”, resalta.

Por eso, lo ideal es hacer un equilibrio entre un estilo natural y uno que se adapte a la cultura de la compañía.

Claux afirma que hoy los cambios sociales y las nuevas generaciones también influyen en la formación de diferentes estilos de liderazgo.
Además, esta puede ser una buena oportunidad para que los jefes con poca experiencia puedan demostrar al equipo que se puede salir de la “zona de confort” e impulsarlo a generar nuevas ideas.