Dakar 2019
Dakar 2019

La hoja de ruta, un kilométrico rollo de papel plagado de crípticas indicaciones que los pilotos del rally usan para no perderse, llevó a profundas críticas, discordia y frustraciones por parte de ellos que la culpan de haberles echado por tierra sus esperanzas de triunfar en la carrera.

En esta edición del Dakar, que se celebra íntegramente en Perú con muchos kilómetros de dunas y espacios abiertos de desierto, las culpas a la hoja de ruta se repiten casi todos los días entre los pilotos que terminan desorientados o accidentados por alguna sorpresa que no figuraba en ese imprescindible documento.

Así fue el caso del piloto francés de autos Sébastien Loeb, nueve veces campeón del mundo de rallys, y también del español Carlos Sainz, vigente campeón del Dakar en la categoría de automóviles.

Loeb y especialmente su copiloto, Daniel Elena, fueron los que encabezaron estas críticas a la hoja de ruta al lanzar una gran soflama contra el Dakar después de que en la tercera etapa una indicación errónea, que finalmente fue reconocida por la organización de la carrera, les hiciera perder 43 valiosos minutos.

Elena, ganador de tres etapas en este Dakar junto a Loeb, llegó a acusar a los diseñadores de la hoja de ruta de ser unos incompetentes y advirtió que, aunque no sea un experto en los rallys de 'cross country', sabe hacer su trabajo.

La discordia estaba en un punto GPS oculto que los pilotos deben encontrar para continuar la ruta y que, en este caso, estaba marcado entre dos torres de tensión eléctrica, pero solo vieron una y emplearon largos minutos encontrando la segunda, como les pasó a un buen número de rivales, entre ellos al español Joan 'Nani' Roma.

Roma relató ese día que se encontró casi cara a cara con un desesperado Loeb, que deshacía el camino en busca de ese confuso punto de la hoja de ruta.

El catalán tampoco está contento con el material que les ofrece la organización y criticó la dureza de algunas etapas, como la séptima, donde dijo que era demasiado duro para los pilotos que corren con autos de serie y acostumbran a llegar al campamento de noche o ya entrada la madrugada.

"Al final aquí va a haber un lío. Estos tíos no saben que va a ver gente que llegue de noche. La gente que hace el 'roadbook' debería pensar más en los que van atrás. Hay sitios que no sé cómo hacen para llegar", lamentó Roma.

El dos veces campeón del Dakar (2004 y 2014) se quejó que, en la séptima etapa, metieran a los pilotos por una serie de cañones en zig zag después de haberse hecho cien kilómetros por dunas, en lugar de terminar la etapa en una pista abierta.

Al final de la quinta etapa, Roma también advirtió que en la hoja de ruta no estaba indicado "un peligro 3" en mitad de la ruta, una zanja que lanzó a Mini del catalán por los aires al pasarla a fondo. "Vimos el cielo y la tierra dos veces del salto que dimos", narró.

Tampoco quedó contento con la hoja de ruta Carlos Sainz, que perdió todas las opciones de repetir la victoria del año pasado por culpa de un agujero no indicado donde destrozó una rueda, lo que le tomó casi cinco horas repararla.

Interpretar bien este documento es imprescindible para correr el Dakar y no es una tarea para novatos, pues a la vista del conductor de calle, la hoja de ruta parece un extenso jeroglífico de dibujos de paisajes, flechas, números y líneas de todas las formas, tanto rectas como curvas y en zig zag.

Es costumbre en el Dakar que los pilotos y copilotos repasen la hoja de ruta de la siguiente etapa mientras cenan en el campamento y lo colorean a su parecer los distintos símbolos con rotuladores fosforescentes de distintas tonalidades, en función de aquellas indicaciones o advertencias que prefieren destacar.

Cada detalle de ese papel puede suponer la diferencia entre tener un buen día o echar por tierra toda la carrera para la que llevan todo el año preparándose y en la que han invertido decenas miles de euros, por lo que si hay errores, la cólera de los pilotos es tan grande como el mismo prestigio de la carrera.