Cuando inició su camino en la industria tecnológica, uno de sus objetivos era que esta llegara a ser democratizada.

Ahora, Jorge Zeballos, gerente general de ESET Perú, considera que la tecnología se encuentra más cerca de la gente, pero aún queda mucho por hacer en cuestiones de seguridad en la Red.

¿Cómo llegó a involucrarse en el tema de ciberseguridad?
Cuando vi que jóvenes eran acosados, lo que no solo ocasionaba daños sicológicos, sino también consecuencias graves. El tema me golpeó bastante y de alguna manera comencé a involucrarme más para ver la manera de ayudar.

¿Y lo logró?
Creo que sí. De hecho, estamos ayudando al Ministerio del Interior con soporte tecnológico con el fin de contribuir a evitar la trata de personas.

¿Su deseo de ayudar también lo ha hecho un jefe que apoya?
Sí. Centro todo mi management en el servicio. Soy un convencido de que no hay mejor líder en una empresa que el que sirve y no el que se sirve.

¿De qué forma logra esto?
Con tres mensajes: integridad, coraje y responsabilidad. No trabajamos en una industria fácil, ya que hay de por medio vidas, patrimonio, entre otros asuntos. Por eso son tan importantes estos tres aspectos.

¿Qué ha aprendido de esta industria?
Que es emergente. La gente todavía no toma en consideración el tema de la ciberseguridad. Creen que a ellos no les va a pasar. Esto hace que mi equipo y yo sigamos trabajando arduamente.

¿Todos manejan la misma visión que usted?
Esa es la idea, y es también una de mis funciones: hacer que todos sueñen el mismo sueño.

Como jefe, ¿cómo busca interactuar con su equipo?
Más que un jefe, soy un apoyo. Cada uno sabe perfectamente sus responsabilidades, yo solo contribuyo con mi experiencia y conocimientos para que cada uno pueda lograr sus objetivos. Me considero más un ‘team coach’, un líder del equipo que anima, motiva, da estrategias y saca al equipo adelante.

¿Cuáles considera que son sus rasgos como líder?
Soy muy exigente conmigo mismo, así que no puedo exigirle a alguien lo que yo no puedo hacer. Por eso, primero demuestro que se puede y luego hago que me sigan.

Ante esta exigencia, ¿le cuesta desconectarse del trabajo?
No conozco la palabra ‘desconectar’, ya que todo esto es mi vida, es mi pasión. Lo hago porque me gusta, no por la paga. No hay día en el que no esté pensando en cosas que son materia de preocupación.

¿Considera que tiene un balance entre lo personal y laboral?
Sí. El trabajo me da satisfacciones en mi vida personal, en mi familia, con mis hijas, a quienes de alguna manera trato de guiar para que vean el mundo siempre anticipándose a todo. Yo soy de las personas que no creen que las cosas deben suceder solas, sino que hay que hacer que sucedan.

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Leer cosas raras (risas).

¿Qué ha leído últimamente?
Estoy leyendo sobre la evolución del hombre. Cada día que ahondo en el tema, me inquieta más todo eso, porque parece que nosotros no estamos evolucionando mucho, sino al contrario, involucionando.

¿Le gustan estos temas?
En realidad, leo de todo. Últimamente estoy centrado en eso, pero también escribo poesía y practico fútbol. Antes hacía esto último con más formalidad, porque era parte de un equipo, pero me lesioné y ya no tuve oportunidad de volver.

¿Hincha de algún equipo?
De ninguno. Soy hincha de mi propio equipo cuando juego con mis amigos.

¿Tiene algún proyecto a largo plazo?
Sí, y va orientado al tema de la salud. Ya estoy trabajando en ello.