Proyección. “Quisiéramos que el Hay Festival sea el motor para el establecimiento de nuevas iniciativas culturales”, dice Ángela Delgado, una de las directoras del evento.
Proyección. “Quisiéramos que el Hay Festival sea el motor para el establecimiento de nuevas iniciativas culturales”, dice Ángela Delgado, una de las directoras del evento.

Después de tres años de gestiones e intentos varios, estará por primera vez presente en la cuarta edición del . El Nobel retornará a la Ciudad Blanca para compartir con el ensayista indio-británico Salman Rushdie la sesión central.

La visita se extenderá para sostener además un encuentro, que desde la organización ya se viene planeando, con jóvenes intelectuales peruanos con los que no haya mantenido antes una conversación en público.

“La cuarta es la vencida”, dice Ángela Delgado, una de las directoras del evento. “Es bastante complejo coordinar la visita de un escritor de esa talla, porque mantiene una agenda de dos o tres años de compromisos ya pactados, pero ahora está haciendo una excepción particular”, relata a Gestión.

Y si bien prefiere no adelantar detalles sobre la delegación de autores que conversarán con el Nobel, asegura que la intención es contar con la intervención de jóvenes que “sigan su obra aunque puedan tener o no cercanía a su pensamiento”.

Sello distintivo

Serán más de 100 autores, de los cuales al menos la mitad proviene del extranjero. De hecho, otra de las autoras estelares confirmadas y que llegará por segunda vez es la argentina Leila Guerriero. La variedad temática será nuevamente el sello distintivo del festival, y el elemento excepcional lo dará el abordaje sobre los 50 años de Mayo del 68 y el centenario de la Primera Guerra Mundial.

Es así que, más allá del lado puramente literario bajo el cual se dispondrá una extensa cantidad de poesía, el debate estará abierto a asuntos científicos, medioambientales, económicos, periodísticos, artísticos y hasta cinematográficos.

“Los contenidos son siempre eclécticos”, resume la vocera, quien rescata que el interés del público crece a medida que se suman nuevos puntos de discusión.

Con cinco sesiones por día en siete escenarios distintos, el propósito del evento que este año irá del 8 al 11 de noviembre será también el de sorprender a los asistentes con actividades complementarias en el plano cultural.

Paquete complementario

“Estamos coordinando con varias representaciones diplomáticas para enriquecer la actividad cultural y evaluar qué complementos artísticos podemos tener, ya sea música, teatro, artes plásticas o visuales”.

Delgado adelanta que, como ediciones anteriores, se están ultimando detalles para la presentación de una agrupación musical para el día inaugural; mientras se evalúa la probabilidad de un montaje teatral, así como la llegada de un especialista en artes escénicas.

Con respecto a una eventual exposición dado el acervo fotográfico de la Ciudad Blanca, comenta: “Estamos precisamente planificándolo. El rescate de la fotografía en una ciudad con tanta tradición es importante, así que queremos armar uno o más sesiones en torno a ese tema”.

En tanto, la incursión en Cusco el año pasado a través de una jornada adicional en la que se reunieron invitados internacionales con autores de esa ciudad gozaría de continuidad. Delgado anota que, si bien la logística fue relativamente compleja, este año la intención es retornar a la ciudad Inca, aunque no necesariamente con igual cantidad de escritores. “Queremos seguir teniendo una presencia”, detalla.

Montar un festival de las dimensiones del Hay Festival Arequipa exige esfuerzos tanto del sector público como del privado. Esta versión costó el año anterior cerca de US$ 600,000 a los organizadores; aún lejos de la inversión que se dispone para otras locaciones como Cartagena (Colombia), donde el evento ya supera el millón de dólares.