Redacción Gestión

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Lo llamaban el deporte de los dioses en Hawái, porque solo unos pocos elegidos lo practicaban. El arte de deslizarse sobre el agua, llamado he'enalu en la lengua hawaiana, fue objeto de observación y crónica de la tripulación del Capitán Cook en el archipiélago, en 1767.

Han pasado muchos años y esta actividad ha evolucionado hasta convertirse en un estilo de vida. Hoy en día, el surf es uno de los deportes favoritos de las almas viajeras y su práctica se ha convertido en un reclamo para playas, destinos y hoteles.

Porque el negocio del surf no acaba al bajarse de la tabla. Alrededor de él proliferan establecimientos de lujo con paquetes especiales para surfers, clubes exclusivos donde se imparten clases a los menos avanzados y equipamiento y tecnología de lo más puntera.

Expansión le acerca a las mecas de surf desde Hawái a Portugal, pasando por Australia, Bali, California, Sudáfrica o España. Todos ellos son destinos en la cresta de la ola.

Deporte estrella.Si le dicen Hawái, ¿qué imágenes le vienen a la mente? Seguramente una camisa estampada y una tabla de surf, y es que el 90% de la población del archipiélago lo practica. Pipeline, ubicada en la costa norte de Oahu, es el eje de este deporte, ya que sus olas pueden superar los diez metros.

Indonesia también tiene su propia Pipeline, o al menos así se conoce a Padang Padang, en Bali, una de las playas más peligrosas del mundo y de las más respetadas por los surfistas. El oleaje tampoco da un respiro en Green Bali, Balangan, Uluwatu o Medewi. Un consejo: evite la masificación de Kuta.

Muy cerca de Bali se erige el perfil de surfero del imaginario colectivo: un australiano. Y lo encontrará cogiendo olas en la Costa de Oro, sede de numerosas competiciones internacionales. Con 70 kilómetros de playas y cuatro puntos de colosales rompientes, es fácil entender por qué la Costa de Oro alberga una ciudad llamada Surfers Paradise.

La Jeffreys Bay, en Sudáfrica, es otro de los paraísos para los amantes del surf. La mejor temporada para visitar esta bahía, sede del Billaboard Surf Festival, es entre mayo y agosto. Su punto fuerte es la mezcla de las corrientes cálidas procedentes del Océano Índico con las frías del Atlántico.

¿Se puede surfear en Japón? Sí, y además en playas de lo más especiales. Chiba y Shonan son los mejores spots del país y cada vez atraen a más surfistas que buscan combinar su deporte favorito con un destino cultural y gastronómicamente interesante.

De cine.California es cine, sol, playas, pero sobretodo surf. El deporte forma parte del escenario de numerosas películas ambientadas en las playas californianas, algunas de las mejores del mundo para convertirse en un surfero profesional. Los recomendable es coger la Ruta Estatal 1 o Highway 1 y parar en las playas de San Francisco, Santa Cruz, Santa Barbara, Los Angeles, Orange County y San Diego. Quizá una de las más famosas es la de Malibú, aunque merecerá la pena que pare en Rincon Beach, la mejor de la zona para los aficionados a este deporte.

De vuelta a la Península, los surferos tendrán que hacer una parada en la playa de Super Tubos, uno de los destinos más importantes para practicar este deporte en Portugal. También merecerá la pena que se suba a la cresta de la ola de derechas de Coxos. Allí encontrará olas de tres metros todo el año. Comporta o Cascais también le ofrecerán un buen espectáculo.

En España también hay una gran tradición surfera. De hecho, el desembarco del surf en Europa se produjo muy cerca de nuestras costa cuando a finales de los años 50 el guionista Peter Viertel, marido de la actriz Deborah Kerr, descubrió las olas de Biarritz, en el País Vasco francés.

Tarifa, Fuerteventura, Galicia… la lista es variada y depende del gusto del surfista, pero si hay una ola conocida en nuestro país, ésa es la de Mundaka, entre las olas izquierdas más famosas del mundo y, según dicen, la mejor de Europa. Con forma de tubo, nace en la barra de Mundaka y termina en la playa de Laida, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, pudiendo alcanzar los cuatro metros de altura y unos 400 metros de recorrido.

Diario Expansión de EspañaRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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