Redacción Gestión

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No hay nada más rápido que la Red para que una noticia corra como la pólvora por todo el mundo… Y eso es lo que pasó durante la segunda semana de junio de 2014: el rotativo británico Daily Mail reveló unas fotos sobre el rodaje de la última entrega de Los Vengadores donde aparecía una de sus protagonistas, la Viuda Negra (Scarlett Johansson), a lomos de una moto eléctrica con el logotipo de Harley-Davidson en el falso depósito de combustible.

En el motor, su nombre Livewire. Pocos días después, el 19 de ese mismo mes, Harley-Davidson tenía que anunciar oficialmente su intención de adentrarse en el incipiente mundo de la propulsión eléctrica.

La idea llevaba rondando en la mente de los máximos responsables de la Motor Company desde hacía ya unos años. Este denominado Project Livewire fue registrado como patente el 1 de noviembre de 2012 en Estados Unidos, al día siguiente se hacía lo propio en la Unión Europea y su nombre ya escondía una declaración de intenciones: Livewire es una de las supervillanas enemiga de Superman en los relatos de DC Comics Universe y su poder es…, la electricidad y el magnetismo.

Para el icónico fabricante americano este salto supone una nueva vuelta de tuerca en su intención de renovarse, algo complicado dado su tamaño e imagen de marca. "América siempre ha estado en su mejor momento cuando ha estado cerca de la reinvención. Y como América, Harley-Davidson se ha reinventado muchas veces con los consumidores liderando nuestros pasos", asegura Matt Levatich, presidente de la marca. "El Proyecto Livewire es otro excitante momento de cambio", enfatiza.

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Anticipar el futuro.El proyecto tiene entusiasmada a toda la compañía. Para Mark-Hans Richer, vicepresidente sénior y chief marketing officer de Harley-Davidson, "la Livewire tiene más en común con la primera guitarra eléctrica que con un coche eléctrico. Es una expresión más de individualidad y de estilo icónico, solo que no está propulsada por gasolina. Una audaz declaración de principios para nosotros, como empresa y como marca". Poco más se puede añadir.

La moto, que no está pensada para su venta inmediata, ha recorrido desde entonces varios puntos de Estados Unidos, Canadá y Europa dándose a conocer entre la prensa especializada, profesionales y potenciales compradores, tanto con pruebas dinámicas (algo más de 7,000), como con jumpstarts o demostraciones estáticas sobre rodillos (más de 12,000), con muy buena acogida, según las cifras que maneja la compañía: el 86% de los privilegiados que la han probado se mostraron muy interesados en el producto y casi el 75% se dijo dispuesto a adquirir una.

Fuera de Serie ha sido uno de esos afortunados que ha podido probarla. Nos desplazamos al circuito de Hockenheim (Alemania) para rodar con ella, con la suerte añadida de que, al hacerlo en un recinto cerrado y acotado, pudimos exprimirla un poco más allá de lo que hubiésemos podido hacer de haberla testado en carretera.

Estéticamente la Livewire es tremendamente atractiva y gana enteros en la distancia corta. Si bien se trata de un prototipo o unidad preserie (alrededor de 40 o 50 unidades fabricadas), muestra el camino que recorrerá: no es muy pesada (210 kilos), tiene chasis de aluminio tipo Trellis, horquilla delantera invertida y monoamortiguador trasero, llanta delantera de 17 pulgadas y trasera de 18 pulgadas, instrumentación TFT digital, LED para las luces y frenos como en una moto convencional, discos delante, en la maneta, y detrás, en el pie. Este último muy directo e intrusivo, sin ABS (por ahora).

Pero su verdadero encanto es su aceleración prodigiosa. Su propulsor eléctrico desarrolla una potencia equivalente a unos 75 CV y ofrece todo el par motor desde el primer momento que se gira el puño, hasta los 153 km/h que tiene por ahora de límite. La sensación de rodar a esa velocidad sin la presencia del traqueteo del motor de combustión es diferente, pero sobre todo, intensa.

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Su sonido de turbina de avión de caza te envuelve por completo sin que pierdas el contacto con el entorno. El siguiente paso para Harley-Davidson será lograr que su batería alcance por lo menos los 200 o 300 km de autonomía frente a los 85 km que ofrece la actual en el modo Eco, o los 50, si el modo Full Power está activado (el que probamos), cifras en principio normales teniendo en cuenta que estos son vehículos de prueba.

El otro tema que Harley-Davidson tendrá que manejar con cautela será el precio. Si bien no hay una cifra oficial, fuentes de la compañía manejaban una horquilla entre 20,000 y 30,000 euros a precios actuales durante la prueba en tierras alemanas. Estas dos variables podrían retrasar el desarrollo y lanzamiento definitivo del modelo al menos un lustro. Por lo pronto, el proyecto Livewire como tal, con su road show y todo el feedback, finaliza este año. Después tocará analizar los datos y tratar de resolver estas dos circunstancias para poder dar el paso a la electricidad con la seguridad y solvencia que se espera de una marca premium a todos los efectos.

El crudo tiene los días contados aunque no sabemos cuantos. Harley-Davidson lo sabe y, aunque no abandonará sus motores de combustión, ya está buscando ingenieros especializados en vehículos eléctricos para ampliar su plantilla de expertos.

Ficha técnica.Motor. Longitudinal, trifásico 100% eléctrico Potencia. 75 CV aproximadamente. Par motor. 73 Nm. Transmisión. Seis relaciones y correa. Peso. 210 kg en orden de marcha. Velocidad máxima. Limitada a 153 km/h. Aceleración de 0-100 km/h. Menos de 4 segundos. Autonomía. 85 km en modo Eco y 50 en Full Power. Emisiones. 0 gr/km. Precio. Entre 20,000 y 30,000 euros.

Diario Expansión de EspañaRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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