(Foto: Marco Ramon)
(Foto: Marco Ramon)

Cada mañana, alrededor de las nueve, el artista Gerardo Chávez comienza su rutina diaria frente al lienzo. Ahora que Lima volvió a ser gris por el otoño, hay menos luz natural en su taller. Pero no se lamenta. “Uno encuentra su propia luz para crear”, afirma el pintor.

¿Ha cambiado su rutina con los años? Ya no pinto en las tardes, excepto cuando hay compromisos de exposiciones. Eso da una energía especial para poder cumplir.

Y cuando no las hay, ¿se impone objetivos? Cuando tenemos más de 70 años ya no cuenta la cantidad de cuadros que uno hace, sino la calidad. Ahora se trata más de pensar, de estar más cerca de las ideas que de la acción de pintar. Puedo hacer uno o dos cuadros, pero son obras más allegadas a la reflexión.

Hace poco, fue nombrado embajador de una marca (ver en corto). ¿Es la única que hay detrás de un artista consagrado como usted? Es la única. No siempre me he prestado para estas cosas, pero se trata de una empresa familiarizada con los materiales de artista y acepté.

¿Esta figura de embajador de una marca ha existido antes en el mundo del arte? No ha existido y aquí en el Perú, menos. Es un punto de apoyo, más que tener funciones específicas. Sirve para crear un vínculo entre el artista consagrado y los que vienen. Moralmente, se sienten apoyados.

¿Es complicado todavía vivir del arte en el Perú? El trabajo intelectual siempre necesita un poco de estímulo, se trata de una carrera que no deja de ser sacrificada. Hay quienes pintan por dinero, pero hacerlo para uno mismo tiene un retorno mayor.

Su obra le ha dado reconocimiento y le ha permitido vivir del arte. ¿Hubiera continuado, si no hubiera sido así? No fue el dinero lo que me interesó. Me interesó ser un buen profesional. Felizmente, esa especie de amor a lo que hice me permitió vivir de ello y para ello.

¿Qué significan los premios? Es una satisfacción cuando llegan. Pero el artista no trabaja para eso, viene como una recompensa natural a la calidad de la obra.

Su obra se vende mediante galerías y ‘dealers’ de arte. ¿Sabe quiénes compran sus cuadros? No lo sé. Creo que los empresarios industriales son los que más dinero ponen. Los políticos, ni pensar. Habrá uno de cada mil que se entrega a la sensibilidad del arte. Prefieren tener una vitrina para sus medallas que un cuadro.

¿Ha pensado en la administración futura de su legado? Cómo no. He tenido la suerte de que mi último hijo ha puesto un pie al costado en su carrera para hacer curadoría de arte. Estoy confiando no solo toda mi obra a que él la administre, sino el desarrollo cultural de mis proyectos. Por ese lado, me siento protegido.

¿Se siente reconocido y querido en el Perú? El Perú es para mí como mi madre y una madre no dejará nunca de querernos. Si ha habido alguna indiferencia, la he devuelto con amor y cosas luminosas.

El Número

2010 fue el año en el que Gerardo Chávez fue reconocido en Francia con la Chevalier de la Orden de las Artes y las Letras. Esta distinción ha sido concedida a artistas como Jorge Luis Borges, Paul Auster, Bob Dylan, entre otros.

En Corto

Embajador. Chávez ha sido elegido embajador de Faber-Castell, con el objetivo de promover el arte y difundir la disciplina en niños, jóvenes y adultos. Él participará de diferentes actividades, como talleres, seminarios y exposiciones a nivel nacional.

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