Redacción Gestión

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(Bloomberg) La final entre Argentina y Alemania enfrenta las lealtades deportivas de dos pontífices con vid por primera vez. El argentino Francisco, de 77 años, antes , es aficionado al fútbol, en especial del equipo de Buenos Aires San Lorenzo de Almagro. Es el primer papa latinoamericano.

En cuanto al Papa Benedicto, de 87 años, que se retiró en febrero del año pasado en una decisión sin precedentes, se lo relaciona más con la imagen de un teólogo estudioso que contribuyó a la doctrina de la iglesia durante buena parte de los últimos 30 años. Benedicto, antes Joseph Ratzinger, nació en la ciudad bávara de Marktl.

"Ambos querrían que ganara el mejor", dijo hoy a la prensa Federico Lombardi, vocero del Vaticano, según informó en un primer momento Associated Press. Es probable que los pontífices no se reúnan para ver el partido el 13 de julio, si bien Francisco "podría verlo", dijo.

Las caricaturas e imágenes retocadas con Photoshop de los dos pontífices viendo la final abundan en las redes sociales. El diario francés Le Monde presentó ayer una caricatura con el epígrafe "La comunión es el fútbol". En un posteo de Twitter del 8 de julio, The Dominican Sisters dijeron que su "sueño" era una final del Mundial de Fútbol entre Alemania y Argentina que vieran los dos pontífices juntos.

Juego limpio"Este partido es extraordinario porque Ratzinger es el Beckenbauer de la iglesia. Es un hombre que toda la vida jugó en su propia mitad del campo. Es conservador", dijo Piero Schiavazzi, un periodista que cubre El Vaticano. "Bergoglio, por su parte, es un hombre que ha pasado toda la vida en la mitad del campo de los oponentes. Representa la iglesia que va más allá de sus límites".

El Papa Benedicto tiene una "idea muy seria de lo que es un aficionado", dijo Schiavazzi. "Antes iba al estadio en Múnich para ver los partidos del Bayern cuando era arzobispo en la ciudad".

Antes de convertirse en Papa, Ratzinger dedicó parte de su trabajo teológico al fútbol y estudió las analogías entre la fe y el apoyo que brindan los aficionados a sus equipos.

Antes del inicio del Mundial, el Papa Francisco instó a que el torneo fuera un ejemplo de juego limpio, solidaridad y respeto por los rivales.

"Mi esperanza es que, más allá de la celebración del deporte, este Mundial pueda convertirse en una fiesta de solidaridad entre los pueblos", dijo en un mensaje en video del 12 de junio en portugués que emitió la cadena brasileña Rede Globo. Instó a considerar el torneo de fútbol "lo que en realidad es: un juego y, al mismo tiempo, una oportunidad para el diálogo y la comprensión".