(Bloomberg) Lo que los asistentes pensaban sería un fin de semana en el paraíso, se volvió una pesadilla cuando un súper exclusivo en las Bahamas se convirtió en un desorganizado desastre, dejando varados a los asistentes, que en algunos casos pagaron decenas de miles de dólares por un boleto.

Promovido con brillantes anuncios protagonizados por súper modelos como Kendall Jenner, Emily Ratajkowski y Gigi Hadid, el Fyre Festival prometía ser "la experiencia cultural de la década" en medio de un paraíso tropical de yates, villas y cocina gourmet.

Los precios de los boletos fueron de hasta cinco cifras para una experiencia VIP, aunque los paquetes de admisión general estuvieron disponibles a partir de los US$ 1,200.

Cuando llegaron al lugar del festival en Exuma, los huéspedes dijeron que encontraron una terrible e incompleta zona de camping. Describieron sus alojamientos "de lujo" como tiendas de campaña de socorro en caso de desastre, muchas de los cuales aún no habían sido montadas. El equipaje llegó en un contenedor. Para la cena, se sirvió pan, embutidos, queso y una ensalada en contenedores desechables.

Nombres como Pusha T, Major Lazer, Disclosure y Migos estaban programados para tocar. Blink 182 canceló justo antes del evento, citando preocupaciones de que la banda no tendría "lo que necesitan" para un show de calidad.

En las semanas previas a la fecha del festival, los organizadores supuestamente no cumplieron con los plazos de pago de los artistas y tuvieron problemas para pagar los actos en su totalidad, según un informe del Wall Street Journal.

El evento fue organizado por el rapero Ja Rule y el empresario Billy McFarland, quien también es fundador y director ejecutivo de Magnises, un club social para los millennials de "élite".

Según un informe de Business Insider, algunos miembros de esa empresa reclamaron por cancelaciones de viaje de última hora, errores en la programación y cargos no autorizados en sus tarjetas. McFarland no devolvió inmediatamente una llamada y un mensaje de texto que buscaba un comentario.

El nombre del festival es Fyre Media, una firma de talento fundada por Ja Rule y McFarland en el 2015. "No queríamos ser solo una empresa de tecnología que fuera solo una empresa sin conciencia de los consumidores", dijo McFarland en una reciente entrevista para Vanity Fair. "Así que un festival era una gran forma de ir y hacer más por los asistentes".

Las cosas aparentemente no resultaron como estaba planeado, aunque exactamente no queda claro qué fue lo que salió mal. Los organizadores del festival dijeron el viernes que estaban "trabajando incansablemente" para que los asistentes regresaran a sus hogares de forma segura.

"Debido a circunstancias que estuvieron fuera de nuestro control, la infraestructura física no estuvo en su lugar a tiempo y no pudimos cumplir con esa visión de forma segura y agradable para nuestros huéspedes", dijeron los organizadores en un comunicado. "El festival se pospondrá hasta que podamos evaluar si somos capaces de crear la experiencia de alta calidad que imaginamos".

La implosión del evento fue tan calamitosa que provocó que una agencia del gobierno de las Bahamas emitiera una declaración al respecto.

"Estamos extremadamente decepcionados con la forma en que se desarrollaron los acontecimientos con el Fyre Festival. Ofrecemos una sincera disculpa a todos los que viajaron a nuestro país para este evento", dijo el Ministerio de Turismo. La embajada de Estados Unidos en las Bahamas no respondió a una solicitud de comentarios.

Mientras que la política oficial indicó en el Web site del festival de Fyre que no se emitiría ningún reembolso, después de un revuelo en las redes sociales la compañía dijo que proporcionaría información al respecto.

Esto es probablemente un movimiento inteligente para lo que podría seguir: "Suena como un claro caso de incumplimiento de contrato", dijo Randall Kessler, un abogado con sede en Georgia. "No entregaron lo que prometieron".

Según Dylan Caccamesi, que pagó alrededor de US$ 1,200 por su boleto, los organizadores pidieron a aquellos que buscaban reembolsos que escribieran sus nombres, direcciones de correo electrónico y números de teléfono en hojas de papel.

Él firmó el papel con la esperanza de que eso le ayudaría a garantizar un reembolso. "No estoy seguro de cuál era la intención", dijo el joven de 22 años de New Jersey en una entrevista telefónica desde las Bahamas.

Caccamesi afirmó que recibió también un correo electrónico de parte del festival prometiendo un reembolso y citando circunstancias imprevistas, pero todavía no se le ha proporcionado información detallada.

"No había salido de vacaciones por un tiempo. Yo pensaba que, '¡sería una experiencia de lujo!' Se supone que sería un buen evento para los jóvenes de clase alta. Un festival que generó altas expectativas ", agregó.

Si no recibe un reembolso, Caccamesi no cree que irá por la vía legal. En su lugar, planea presionar a su proveedor bancario para emitir una devolución de cargo. Sin embargo, añadió que entre los asistentes, "se ha hablado sobre una demanda colectiva".

Mientras tanto Caccamesi sigue intentando sacar lo mejor de una mala situación. "No tenemos idea de lo que está pasando", indicó. "Solo estamos sentados en la playa emborrachándonos".