Redacción Gestión

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¿Cómo nació su apego hacia la moda?Mi madre es modista profesional y mi padre fue un gran dibujante técnico arquitectónico y ellos me incluyeron en el mundo de la moda, en especial mi madre porque yo paraba todo el día con ella.

¿Fue fácil decidirse por seguir el diseño de modas?Es que antes había demasiados prejuicios. Se suponía que el hombre que estudiaba telas era homosexual y no es así. Nosotros también somos creativos. El hombre tiene una visión distinta, decía que el hombre cuando crea moda solo tienes dos visiones para él: o se sientes mujer o tiene una musa y si tienes los dos tienen un buen logro.

¿Qué oportunidades obtuvo desde que empezó a trabajar como diseñador de misses?Las reinas de belleza son como mis barbies . Mi parte artística, el tema de fantasía y lo que me ha dado grandes logros es mi trabajo con las reinas de belleza.

¿Usted se guía por las tendencias o crea las suyas?Aunque nos guiamos por las tendencias, cuando trabajamos en el taller no nos dedicamos a copiar, lo que hacemos es recrear basado en un estilo.

¿La alta costura es un negocio rentable?La alta costura sí es rentable. Existen tres medios, la industrialización, el Prêt-à-porter y la alta costura. Lo mío es lata costura, me aburriría sacar mis diseños en serie.

¿Cuáles son los planes con su marca?Quiero poner una pequeña tienda de alta costura en el Centro de Lima porque es tan exquisito. Lo que lo hace feo es la movilidad y la gente que no se sabe vestir. Si vas a otras capitales, tienen una cultura de vestir que trasciende.

¿Gente con estilo embellecería también el Centro de Lima? Es imposible que en pleno verano la gente use ropa sintética. Todas las mujeres parecen cortadas por la misma tijera, los hombres no salen del bendito terno azul o gris. Quiero que mi tienda del centro sea una buena oportunidad. No me preocupo, como decía mi abuela, "cuando eres bueno te buscan hasta en la punta del cerro".