Bloomberg.- El legendario festín matutino del Reino Unido puede ser una perfecta metáfora de cómo el Brexit encarecerá la vida británica.

Políticos como la ministra primera de Escocia, Nicola Sturgeon, y el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, que en ocasiones han confundido "Brexit" con "breakfast" (desayuno en inglés), muestran que hay allí algo más que un lapsus fonético.

En última instancia, es lo que la salida del Reino Unido de la Unión Europea significa para el país insular, según el análisis de KPMG.

Los consumidores británicos podrían ver el precio de la fritura --el clásico desayuno inglés incluye tocino, salchichas, jugo de naranja, judías cocidas y champiñones-- aumentar casi un 13%. Los aranceles aumentarían el coste de las importaciones de muchos productos básicos para el desayuno en el marco de las reglas de la OMC si el Reino Unido abandonara el bloque sin ningún acuerdo de libre comercio o convenio transitorio.

Ha pasado un año desde que el Reino Unido votó por dejar la UE pero el mantra de la primera ministra Theresa May, que "Brexit significa Brexit", no ha ayudado a clarificar cómo será la futura relación con el bloque. May tiene hasta marzo de 2019 para asegurar un acuerdo con los líderes europeos, y las negociaciones han tenido un comienzo difícil, ya que el negociador jefe de la UE –Michel Barnier– advirtió la semana pasada que una relación comercial "sin fricciones" no será posible.

El jugo de naranja y el aceite de oliva de España e Italia probablemente tendrían los mayores aumentos de precios: un 34 por ciento y un 30 por ciento respectivamente, según el informe.

Independientemente del acuerdo comercial que el Reino Unido acabe firmando, los hogares ya están experimentando un ajuste porque la caída de la libra desde el voto a favor del Brexit ha elevado el coste de todas las importaciones, desde la ropa hasta las computadoras. El crecimiento económico está empezando a enfriarse, pues el aumento de los salarios no ha podido mantenerse al nivel de la inflación.

"Nuestro análisis ni siquiera refleja los fuertes costes que los consumidores y minoristas ya enfrentan como resultado de la devaluación de la libra esterlina o los costes de cualquier nueva barrera no arancelaria", dijo Bob Jones, uno de los directores de KPMG.

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