Clemencia Ferreyros
Clemencia Ferreyros

El texto no es lo que define a un montaje. Existe un teatro que pone de manifiesto una exploración del género escénico y que paralelamente revela una mirada menos conformista, más crítica de nuestro entorno.

Ese es el enfoque que han adquirido los festivales de teatro que capturan nuestra cartelera y del que también ha tomado posesión el FAE Lima, organizado por cinco instituciones culturales (ver en corto) y que se desarrollará del 6 al 16 de marzo.

Con seis piezas internacionales más 11 locales, la selección guarda relación con una mirada más social. “Los temas de género e identidad, con una convicción de que no hay fronteras sobre lo que se puede representar sea arte circense o danza, es lo que define al FAE este año”, dice Clemencia Ferreyros, gerente cultural del Británico y una de las voceras de la organización.

El otro itinerario

El crecimiento del festival para esta edición estará marcado, más que por la cantidad de obras, por las actividades paralelas. Desde talleres gratuitos a cargo de los grupos internacionales sea para públicos diversos o especializados hasta mesas de diálogo.

No obstante, el énfasis del festival, más allá de la búsqueda de nuevos públicos y el fomento a la creación nacional, estará en la generación de un circuito internacional de artes escénicas.

Es así que, de acuerdo a Ferreyros, para esta edición se ha garantizado la presencia de 14 programadores de festivales internacionales de teatro, el doble de los que llegaron el año anterior. Esto no solo contribuiría a consolidar al FAE dentro de un circuito, también ofrecería a las compañías locales de teatro la oportunidad de girar en el extranjero.

Circuito internacional

“A raíz de la llegada de estos 14 programadores estamos generando un nuevo encuentro en que los grupos que estarán en el festival y los que quedaron finalistas en la selección participen en una exposición de sus proyectos”. La idea es presentar cada obra en cinco minutos y conseguir en ese lapso el enganche de los programadores para tener así la probabilidad de pisar un escenario fuera.

“Ñaña”, montaje local, fue aprobado por los programadores visitantes de FAE anterior girando en México y Argentina. Similar suerte corrió “Mucho ruido por nada”.

Brechas a cerrar

No obstante, según recuerda Ferreyros, en la edición pasada “quedó una sensación de que muchos de los grupos que participaron en el encuentro con programadores se encontraban incipientes en la forma en que presentaron sus proyectos”. Enfatiza que no tiene que ver en absoluto con el contenido artístico, pero sí con cómo se presenta un proyecto que aspira a girar.

“Por esto hemos lanzado talleres o clínicas con enfoque en festivales internacionales. Son aspectos que se necesitan reforzar”, añade.

Nuevos planes

Para las siguientes ediciones de FAE, Ferreyros señala la importancia de incluir espectáculos en vía pública. Esto para generar el acercamiento de una audiencia no necesariamente asidua al teatro.“Estos montajes son bastante lúdicos porque por lo general involucran circo o danza, y es lo que queremos porque ha sido una limitación básicamente presupuestal, que estamos trabajando con la nueva gestión municipal hacia 2020”.

El otro propósito, además de la generación de talleres de formación más de gestión que creativos, está también en incrementar sedes alternativas o descentralizadas.

“Consolidar y crecer es la premisa”, puntualiza.

EN CORTO

Financimiento. En cuanto a este aspecto, según Ferreyros, las instituciones organizadoras (CCPUPC, Centro Cultural de Universidad del Pacífico, de Universidad de Lima, Británico Cultural y La Plaza) colocan un monto base equitativo. A lo que se suma el aporte del Mincul a través de la sesión del Gran Teatro Nacional para la inauguración, y el de Promperú en temas logísticos. Además de canjes.

el dato

Taquilla. Los grupos internacionales cobran un fee por presentación. Los nacionales sí se adjudican un porcentaje de la venta de entradas. La taquilla es un arreglo porcentual entre FAE y espacios donde se presentan.

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