(Bloomberg).- declaró que no castigará a los empleados que se tomen tiempo para sumarse a las protestas proinmigración del 1 de mayo.

Además, en un gesto al personal de seguridad y limpieza, los choferes de autobuses y otras personas que trabajan para contratistas de Facebook en su campus, la empresa también informó que investigará si sus proveedores reprimen en forma ilegal los derechos a protestar de sus empleados.

"En Facebook estamos comprometidos con el fomento de un espacio de trabajo inclusivo, donde los empleados se sientan cómodos de expresar sus opiniones", escribió un portavoz en una declaración enviada por correo electrónico.

"Apoyamos a nuestra gente en el reconocimiento del Día Internacional de los Trabajadores y otras iniciativas para generar conciencia sobre las condiciones de trabajo seguras y equitativas".

Facebook notificó su política a los empleados el 14 de abril con una publicación en un foro interno. Un portavoz dijo que se aplicará aunque los trabajadores no notifiquen con anticipación a la empresa.

La compañía con sede en Menlo Park, California, también afirmó que revaluaría sus lazos con un proveedor de servicios si este violase la ley que protege los derechos de los trabajadores a organizarse y protegerse.

"Esto es importante no solo para los ingenieros y titulares de visas H-1B en los que tradicionalmente se piensa al hablar de inmigrantes en el sector de tecnología, sino también para los subcontratados que trabajan a su lado en esos campus", dijo Derecka Mehrens, cofundadora de Silicon Valley Rising, una coalición apoyada por los sindicatos.

"Los inmigrantes desempeñan un papel fundamental en el sector de tecnología como ingenieros y codificadores, pero también en el mantenimiento de los campus de tecnología".

OposiciónMuchas empresas de tecnología ya manifestaron su oposición a algunos aspectos de la agenda de Trump. Facebook criticó sus medidas en materia de inmigración.

En un mitin organizado en la sede de Google en Mountain View, California, su presidente ejecutivo, Sundar Pichai, y su cofundador, Sergey Brin, se pronunciaron contra el decreto ejecutivo de Trump que cerró las fronteras de Estados Unidos a personas provenientes de varios países de mayoría musulmana.

Ambas empresas, junto a Apple Inc., Microsoft Corp. e Intel Corp. figuran entre más de 120 compañías que en febrero firmaron una presentación ante un tribunal en oposición a la prohibición de entrada al país.

Los activistas quieren más. El 29 de marzo, delegaciones de empleados encabezadas por Silicon Valley Rising visitaron 20 empresas de tecnología, entre ellas Facebook, para pedirles que manifiesten su apoyo a los trabajadores inmigrantes y prometan que no habría represalias para los empleados que protesten el 1 de mayo. También visitaron locales de Google en siete ciudades con la misma exigencia la semana pasada.

Los empleadores de varias industrias están en una posición difícil, dijo Peter Cappelli, profesor de Administración y director del Centro de Recursos Humanos de la escuela de administración de la Universidad de Pensilvania.

Ellos enfrentan temas conflictivos, como la necesidad de competir por empleados y clientes liberales y el deseo de realizar cambios en sus políticas para promover el negocio y conseguir contratos públicos rentables.

Los máximos responsables de empresas como Uber Technologies Inc., Walt Disney Co. e IBM se incorporaron al consejo de asesoramiento comercial de Trump y terminaron como blanco de protestas, inclusive de sus propios empleados.

"Están tomando decisiones económicas calculadas con base en sus interesados", dijo Cappelli, y no habrá muchos que opten por fastidiar al presidente. "La mayoría esquivará el tema".