Mismo nombre, pero definitivamente no el mismo artista. Bad Bunny vuelve al Perú este 13 de noviembre, pero no se presenta más en discotecas ni clubes. “Ahora él hace solo giras estadio”, cuenta César Ramos, dueño de Masterlive, la productora que consiguió que el cantante incluyera a Lima como parte de su gira mundial “World’s Hottest Tour”, la cual pasará por 30 países. De hecho, el precio de sus entradas se ha multiplicado por seis. ¿Por qué? “Él ha llevado a un nivel mucho más alto del que están acostumbrados los artistas que tocan ese tipo de música, sea urbano, reggaeton o trap”, explica el empresario.
Por eso no es difícil imaginar que el evento que venderá, en principio, 36,000 tickets, sea sold-out en las primeras horas. “Tenemos mucha fe en el artista por lo que representa, no es solo muy sonado, sino respetado, pero depende también de la velocidad de la ticketera”, comenta Ramos.
A pesar de la alta demanda que prevé el empresario, prefiere ser prudente y no poner a la venta todas las entradas. “No me animaría porque esperamos que en noviembre el aforo sea mayor. En julio o agosto nos podrían dar luz verde”, explica.
En Colombia, llevar al artista urbano más sonado del momento costaría alrededor de US$3 millones. ¿La cifra es similar en Perú? “Es más o menos el monto a invertir”, sostiene el empresario. De ese monto, entre un 5% y 10% representa el costo de alquiler del Estadio Nacional.
Negociación
Desde que Masterlive presentó su oferta al “Conejo malo”, la negociación con la agencia que lo representa y sus asesores financieros, habría tardado aproximadamente seis meses. “Ha sido un proceso largo e incierto debido a la pandemia”, recuerda Ramos, quien agrega que se creó la empresa para traer a distintos artistas del rubro, así como de salsa y electrónica. Hay 10 negociaciones en proceso, hasta el momento, aunque subraya que no todos son conciertos de estadio.
Parte de la negociación es en conjunto con varios artistas, pero se suman montos por la relevancia del personaje, peticiones particulares, impuestos al artista y al show, etcétera, destaca Ramos.
La búsqueda de auspiciadores, incluso para artistas de talla internacional, en estos momentos puede ser complicado. “Tenemos el primero que es Interbank, y algunas
negociaciones sin completar todavía. Los presupuestos de las empresas están afectados, así que cerrar un acuerdo tarda más que antes, aproximadamente 2 o 3 meses”, detalla. La expectativa es que los auspiciadores cubran al menos un 15% del costo del concierto.
¿Segunda fecha?
Debido a la expectativa del público, en Colombia, se espera realizar una segunda fecha si se agotan las entradas. En Perú está abierta también la posibilidad, pero es una elección que depende al 100% del artista. “Si el concierto es sold-out muy rápido, el empresario va a querer hacer otro show sabiendo que podría haber un sold-out por segunda vez. Pero todo depende de la agenda del artista, no siempre se logra”, aclara el vocero.